Mayagüez.- Tras ser procesado en septiembre pasado, el Tribunal de Primera Instancia de Mayagüez encontró causa yer, contra el vicario de la Basílica Nuestra Señora de la Monserrate en Hormigueros por delitos de actos lascivos contra un menor de 14 años, que servía como monaguillo en la iglesia.

El suspendido sacerdote Floyd McCoy, iba a ser llevado a un complejo correccional tras no contar con el recurso de telefonía necesario para someterse a un monitoreo electrónico en su residencia, a pesar de que pudo haber pagado la fianza de $5 mil dólares que le impuso el juez Emilio Muero Arruza, según señaló su abogado de defensa, el licenciado Víctor Manuel Souffront Cordero. Luego se supo que una hermana prestó la fianza y se lo llevó del tribunal.

La fiscal del distrito de Mayagüez, Blanca Portela, presentó el caso con la prueba que se desprende de la investigación de la agente Marlyn Alvarez, de la división de Delitos Sexuales y Maltrato a Menores de Mayagüez, en la que sostiene que los hechos imputados fueron cometidos entre el 2013 al 2014.

“Imputamos también el inciso G del artículo, que dice que el acusado obtuvo un aprovechamiento de la víctima, por razón de que él era un sacerdote y la víctima era un feligrés. En ese rango, eso sería un agravante del artículo por actos lascivos impúdicos. La prueba que pasamos iba dirigida a establecer que ese sacerdote había ganado esa confianza extrema del menor con el fin último de obtener el acceso al menor por medio de actos lascivos”, señaló la fiscal Portela a su salida de la vista de Regla 6.

El sacerdote fue suspendido de sus labores en septiembre de 2014, cuando surgió la querella y la Diócesis de Mayagüez emitió una comunicación pública anunciando la suspensión de McCoy.

Supuestamente, el caso fue abierto por otro sacerdote luego de asistir en confesión bajo sacramento al menor que señaló los alegados actos lascivos por parte del padre McCoy con él, indicó la defensa, quien destacó que los hechos se circunscriben en los predios de la iglesia en presencia de todo el mundo.

"Es el monseñor Gonzalo (Díaz Hernández) quien solicita que se presenten cargos. No es que haya una víctima que se esté quejando de una situación,  sino que hay un sacerdote de mayor  jerarquía que está requiriendo que se presente la querella", argumentó el licenciado Souffront Cordero.

"De la prueba ha surgido que hay una diferencia de carácter entre nuestro representado y el monseñor Gonzalo, de hace muchos años, por la manera en que maneja las cosas en la iglesia”, apuntó, sugiriendo que esa pudiera ser la causa por la que se levanta un caso en contra del sacerdote que estuvo prestando servicios en esa parroquia por cinco años. 

A esto, la fiscal Protela reaccionó restando pertinencia a las diferencias que pudieran tener ambos sacerdotes en un caso donde la prueba apunta a que el hoy imputado incurrió en conducta impropia con la víctima.

La defensa trató de plantear que no existe prueba de que hubo manifestaciones impropias de parte del sacerdote.

"Nuestro Código Penal establece unos elementos por cada delito y hay unas alegaciones que se pueden interpretar de unas maneras que no son correctas. Un abrazo no puede interpretarse como una agresión o un acto lascivo", sostuvo el abogado, destacando que su representado alega querer al querellante como a un hijo y que como tal lo trataba.