Ponce. El juez Angel Llavona encontró hoy causa para juicio contra Félix Ramos Domínguez por el asesinato de su expareja Arelis Suárez Santiago, ocurrido el pasado 23 de enero en Juana Díaz.

Llavona, quien presidió la vista preliminar en la sala 403 del Tribunal de Ponce, halló causa en los nueve delitos imputados, que son asesinato en primer grado, maltrato a menores (dos), maltrato a persona de edad avanzada, escalamiento agravado, vehículo hurtado, violación a la Ley 54 y a la Ley de Armas.

El juez fijó la lectura de acusación para el 16 de febrero y el comienzo del juicio para el 9 de marzo.

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El Ministerio Público, representado por la fiscal Natalia Zambrana Quintana, sentó a declarar a la abuela materna de la víctima, quien presenció el crimen; al padre de Arelis, José Suárez Hernández, y al investigador forense Delvin Rodríguez Torres.

La fiscal no presentó prueba relacionada a la supuesta confesión que dio el imputado luego de entregarse en la Comandancia de Bayamón, según divulgó entonces la Policía. Otros cuatro testigos que acudieron a sala, entre los que estaba la retén que tomó la llamada de auxilio de Arelis, la agente Joan Ruiz, tampoco declararon.

Por su parte, el abogado de defensa, Javier Ciordia González, planteó que este asesinato se cometió en ocasión de súbita pendencia o arrebato de cólera, pero no tuvo éxito.

Argumentó ante el juez que no se configuraba el cargo de asesinato en primer grado porque no hubo premeditación, y que en todo caso lo que procedía era un cargo de asesinato atenuado o asesinato en segundo grado. También insistió en que Arelis violó la orden de protección al mantener contacto con su agresor.

La fiscal Zambrana respondió a ello afirmando que “el que ella lo viera era impertinente, pero la orden iba en contra de él”. “Él conocía que no se podía acercar a ella. Ella no es la que está siendo penalizada por el artículo 2.8. Eso no lo exime a él de responsabilidad”, sostuvo Zambrana, quien señaló que el imputado tuvo tiempo de retirarse de la casa y no lo hizo porque había llegado con la intención de matar.

Crudo relato de la agresión

La abuela materna de Arelis declaró que Félix Ramos Domínguez golpeó a su nieta con un archivo antes de apuñalarla. La testigo, de 70 años de edad, dijo que llegó a su casa en la comunidad Cristina, donde también vivía Arelis con sus dos hijos de cuatro y nueve años de edad, pasada la medianoche de aquel día y que luego de tomarse unas pastillas se acostó a dormir. Arelis se había mudado con ella durante las festividades navideñas.

Posteriormente, Arelis la despertó para decirle que llamaría a la Policía porque Ramos Domínguez estaba en el exterior de la vivienda. En ese momento, el hombre metió una mano por la ventana del cuarto de la abuela y esta le agarró el  brazo, relató a preguntas de la fiscal Natalia Zambrana Quintana.

“(Le decía mi amor, mi amor, ¿por qué me estás haciendo esto si esta mañana estábamos juntos en la iglesia?”, dijo la testigo en referencia a lo que decía el imputado.

Luego Ramos Domínguez dio la vuelta, golpeó la puerta y entró a la vivienda. Arelis, su abuela y los niños estaban juntos en una habitación. El menor dormía.

“Yo me le fui de frente, lo agarré por el suéter para que no me la tocara. Arelis estaba en el cuarto pegada a un archivo y hablando por teléfono (con la Policía)”, describió la abuela.

Arelis intentó bloquear la puerta con el archivo y una mesa de noche, pero el agresor las movió para entrar al cuarto. En ese proceso, también empujó a la abuela y esta cayó al suelo.

“La cogió a ella por el pelo y empezó a darle con el archivo. Y le daba y le daba”, indicó la testigo al precisar que Arelis recibió los golpes en la cara.

Simultáneamente, el niño mayor “gritaba, le gritaba que la dejara, que no le diera más nada”.

Después el imputado salió del cuarto y al regresar el niño le gritó a la bisabuela “mamá, salte, que tiene un cuchillo”.

“Ahí fue que empezó a darle con el cuchillo. Se veía que estaba apuñalándola con un cuchillo”, aseveró la abuela, quien dijo que no pudo intervenir porque no logró ponerse de pie.

Luego del ataque, el imputado escapó del lugar en el vehículo de la víctima y la abuela salió a pedir ayuda de una vecina.

Por otra parte, el investigador Delvin Rodríguez testificó que Arelis tenía heridas cortantes en el esternón, un pómulo, un seno, en ambos codos, en la espalda, en el cuello, detrás de una oreja, en una mano y en un muslo.

Agregó que junto al cuerpo se recuperó la hoja de un cuchillo "doblada en U" y el cabo de plástico se encontró sobre una tabla de planchar. Otro cuchillo ensangrentado y doblado apareció sobre la mesa del comedor. También había seis cuchillos sin usar en el piso de la cocina y un mechón de pelo largo castaño, así como múltiples manchas de sangre en las paredes del cuarto y en el suelo de la casa.

Entretanto, José Suárez Hernández, padre de Arelis, señaló que el 5 de septiembre de 2016 la Policía Municipal le llevó a su hija a su casa, también en la comunidad Cristina, luego de una situación “donde hubo violencia”. Al día siguiente, dijo el padre, acudieron a pedir una orden de protección contra Ramos, la que se le expidió. Desde ese día hasta la Navidad, Arelis y sus hijos vivieron con él y luego se mudaron a la casa de la abuela materna de la víctima.

A preguntas del abogado, el testigo aseguró no haber visto juntos a su hija y al imputado durante la vigencia de la orden. Sin embargo, Ciordia dijo que en la declaración jurada de la abuela materna de Arelis esta hace constar que Suárez Hernández le dijo que estos habían retomado la relación.

La abuela reconoció en sala que “muchas veces (Ramos) llegaba buscándola, pero yo no intervenía… porque no sabía si (la orden de protección) estaba vigente”.