El maestro de educación especial Christian Serrano Chang regresó la tarde del lunes a la misma sala donde hace ocho meses escuchó a la jueza Iris Reyes Maldonado sentenciarlo a 99 años de cárcel por la muerte del niño Dylan Díaz Salgado, hijo de su exnovia, Rayma Salgado.

Pero hoy el hombre de 30 años plantó pie en un salón de sesiones repleto de familiares y amigos para escuchar a la magistrada decir que quedaría en libertad.

Esposado de manos y pies, Serrano Chang escuchó las palabras de Reyes Maldonado sereno, con la calma que ofrece la posibilidad de un nuevo comienzo y sin saber que en unas horas estaría de camino a su casa en el barrio Tierras Nuevas, en Manatí, luego de cumplir con las condiciones de la Oficina de Servicios con Antelación al Juicio (OSAJ).

Relacionadas

El pasado jueves los abogados Javier Santiago Santos, Harry Olivero Llorens y Goodwin Aldarondo Jiménez presentaron una moción de excarcelación luego que el Tribunal de Apelaciones revocó la sentencia impuesta a Serrano Chang y ordenó la celebración de un nuevo juicio porque concluyó que el Ministerio Público, representado por el fiscal de Distrito, Wilson González Antongiorgi, incurrió en "conducta impropia" que privó al hombre de la celebración de un juicio justo e imparcial.

Durante la audiencia de hoy, que se convocó para atender la moción de excarcelación, el licenciado Santos abogó porque Serrano Chang quedara en libertad con una fianza nominal no mayor de $1,000 y con las otras condiciones que impusiera la jueza.

El fiscal González Antongiorgi, quien estuvo acompañado en sala por el jefe de Fiscales, José Capó, no se opuso a la petición de excarcelación, pero pidió que se impusieran a Serrano Chang las mismas condiciones que originalmente se le habían impuesto al momento de encontrarse causa para su arresto.

Durante el proceso judicial Serrano Chang estuvo bajo arresto domiciliario en la casa de sus padres Jacqueline Chang y José Cruz. También utilizó un grillete electrónico que vigilaba sus pasos y prestó a través de un fiador una fianza de $250,000.

Como parte del proceso en la sala 301, una oficial de OSAJ que entrevistó a la familia de Serrano Chang en la mañana, informó que la casa de sus padres no tenía el servicio de teléfono de línea necesario para el monitoreo con grillete.

"No ha lugar a la petición de la defensa", afirmó Reyes Maldonado. "Solo puede ser excarcelado cuando cumpla con los requisitos de OSAJ".

Pero poco después de finalizada la vista se concretó la instalación del servicio teléfono y un fiador prestó la fianza del maestro de educación especial.

Así las cosas, la jueza Reyes Maldonado emitió la orden de excarcelación y oficiales de OSAJ partieron de San Juan hacia la cárcel de Ponce para recoger a Serrano Chang y llevarlo a la casa en Manatí.

"No sé si pueda dormir de la emoción. Son 11 meses que mi hijo lleva preso", apuntó Chang en entrevista con este medio.

Horas antes antes Chang le soplaba besos a su hijo desde la segunda fila del salón de sesiones acompañada de un contingente de amigos quienes lucían camisetas que decían: "Justicia para un inocente". Durante el juicio la jueza Reyes Maldonado decretó una mordaza que impedía que familiares, amigos y el propio Serrano Chang usarán camisetas o pulseras plásticas que hicieran referencia a su inocencia.

Serrano Chang regresará al Tribunal de Arecibo el próximo 11 de abril para una vista de seguimiento.

Fuera de sala después de la vista, los padres de Serrano Chang se expresaron frustrados con la situación porque en ese momento no se había finalizado la conexión del teléfono y parecía que su hijo dormiría otra noche en la cárcel.

"Estamos pasando por esto porque el Tribunal de Apelaciones determinó que Christian no tuvo un debido proceso de ley. Aquí no fue porque falló Christian o que fallaron los abogados de defensa. Aquí quienes fallaron fueron el Ministerio Público y el Tribunal de Arecibo. Estamos pagando por segunda vez las mismas condiciones. Yo creo que es bastante injusto", afirmó Chang.

 González Antongiorgi y Capó, entretanto, abandonaron la sala 301 escoltados por alguaciles.

"Las condiciones en que estaba el joven Serrano Chang al momento de comenzar el juicio el año pasado, (eso es) lo que nos estamos allanando. Es que sean la mismas condiciones en que se encontraba en la libre comunidad", apuntó Capó, mientras González Antongiorgi se mantenía a su lado en silencio.

"Aquí revierte a un nuevo proceso. Todavía estamos evaluando las distintas alternativas que tiene el Ministerio Público si vamos a revisar o no", agregó.

En una sentencia de 39 páginas emitida la semana pasada, el Tribunal de Apelaciones apuntó que durante las argumentaciones finales González Antongiorgi tergiversó el testimonio de hermana de Dylan, y realizó expresiones "peyorativas" y "altamente inflamatorias" sobre la orientación sexual de Serrano Chang.

"(González Antongiorgi) destacó la aparente orientación sexual del apelante de bisexual u homosexual con una carga moral indebida al indicar que tenía una doble vida. Más importante aún, tergiversó el testimonio de la menor de edad (hermana de Dylan) para insinuar que el apelante (Serrano Chang) abusaba sexualmente de la víctima, Dylan. Reiteró que el apelante descargaba sus fantasías sexuales sobre el menor Dylan, incluso catalogó esa conducta como inmoral y constitutiva de un delito”, subrayó el Apelativo al insistir en que estos planteamientos no se apoyaban en la prueba que desfiló en el juicio, que culminó el 4 de abril pasado.