La madrugada que Christoffer Ayala Báez fue asesinado en su apartamento en la ciudad de Guadalajara, México, su abuelo materno se levantó inquieto.

Silverio Báez, quien fundó la Iglesia Discípulos de Cristo en el barrio Santa Rosa I en Guaynabo, despertó a su esposa Ana Julia Pizarro cerca de las 4:00 de la madrugada y le dijo: “vamos a orar porque hay problemas con Chris”.

Estuvieron cerca de dos horas pidiéndole a Dios por el estudiante de medicina. Cerca de las 6:00 de la mañana el abuelo dijo que entendía que ya Dios había obrado.

Hoy, la madre de Christoffer, la neurosicóloga y pastora Lizzie Báez dijo que el joven había fallecido apuñalado alrededor de las 5:00 de la madrugada de ese fatídico sábado, 11 de octubre.

No obstante, Lizzie y su esposo Israel Ayala, director de servicios médicos del Centro Médico en Río Piedras, están seguros de que su único hijo varón pudo comunicarse con Dios antes de expirar.

“Yo pensar que desde Puerto Rico mi papá estaba abriendo el cielo en oración con su Tatita... a mi hijo, yo tengo que estar fortalecida porque las fuerzas del mal atacaron su cuerpo pero su abuelo en oración y mi hijo que se dio cuenta de que no iba a sobrevivir... comenzó a adorar y a buscar al Dios que se le había enseñado... Si (Chris) estuviera aquí me estuviera diciendo: ‘jefa o mami ,yo no espero menos de ustedes’, así que no lo vamos a defraudar y sobre todas las cosas no vamos a defraudar el misterio de Dios de por qué esto ha sido de esta manera y aquí estamos dando testimonio de lo que hemos creído”, afirmó Lizzie a la prensa durante el velatorio.

La madre dijo que esa fe es la que le sigue provocando una paz que “sobrepasa todo entendimiento”, al punto de que le ha tenido que dar fortaleza a algunas de las personas que se le acercan destruidas ante la pérdida física de su hijo.

El director de los servicios médicos del Centro Médico también con una entereza admirable contó que al volver de tramitar el traslado del cuerpo de Chris a la Isla, lo recibieron con la noticia de que su papá Urbano Ayala había fallecido.

“Sabíamos que su condición era crítica, así que fue otro golpe, pero teniendo la misma esperanza, la misma fe e incluso aquello que él me enseñó de muy joven de que confiará en Dios y que en todas las cosas que pasan Dios está en ellas... así le hemos entregado el cuerpo de mi padre y de mi hijo en diferencia de 48 horas a la tierra... esas mismas fuerzas las utilizamos para las dos situaciones”, expresó.

Sobre la pesquisa de las circunstancias del asesinato de Christoffer, el médico dijo que solo tiene “información limitada y general” y ni siquiera sabe quién o quiénes son los posibles sospechosos.

Ayala aseguró que hay un task force federal colaborando con las autoridades mexicanas para dar con los responsables y dijo confiar en esas gestiones.

Detalló que durante su viaje no pudo entrar al apartamento de su hijo porque está sellado y así permanecerá hasta que concluya la investigación.

Agregó que “la justicia de Dios es implacable” y que lo único que podía hacer era orar por la persona que le quitó la vida a su hijo.

La familia ha sido “arropada” por las muestras de cariño de cientos de personas y eso también los ayuda en este momento.

Precisamente, en el servicio en honor a Christoffer hubo muchas personas, y otras tantas no cabían en el templo, pero allí se quedaron.