Cinco asesinatos entre la noche del viernes y la mañana del sábado elevaron la cifra de muertes violentas en el año a 600. 

El fin de semana arrancó con un doble asesinato perpetrado el viernes en la calle San Antonio, de Río Grande. Allí, a eso de las 11:38 p.m., fue baleado Eddie Ramos Correa, un mecánico de 40 años que vivía y tenía su taller de mecánica en el lugar. Junto a él se encontraban dos hombres identificados como John M. Rivera Rivera, de 22 años y Ángel D. Rivera Ramos, de 20. John perdió la vida posteriormente a raíz de las heridas sufridas y Ángel todavía convalece en condición estable.

El teniente Carlos Nazario, subdirector del Cuerpo de Investigación Criminal de Fajardo explicó que Ramos Correa no era necesariamente el blanco de los disparos. 

A eso de las 2:30 a.m. del sábado se encontró el cadáver baleado de Dedrick Rodríguez Medina, un joven de 17 años ejecutado en el interior de una guagua Hyundai Santa Fe estacionada frente a la residencia de un amigo de la víctima en la urbanización Vistas de Luquillo. Nazario indicó que Rodríguez Medina era sospechoso de varios robos, incluyendo uno a un Policía. 

En la guagua se ocuparon bolsas de marihuana y una careta.

Poco menos de una hora después se encontró el cuerpo baleado de un hombre que no ha sido identificado en la marginal José I. Correa, intersección con la calle Caparra, en Cataño. 

Ya a plena luz del día, a las 10:30 a.m., una pareja de hermanos fue atacada a tiros en el residencial Bella Vista, de Bayamón. Christian Soto López, de 21 años, murió en el lugar y su hermano Carlos Soto López, de 22, se recupera de las heridas.

Los hermanos estaban fichados por casos de sustancias controladas.

El teniente Oscar Cordero, jefe de Homicidios de Bayamón, se limitó a indicar que la pesquisa del caso está adelantada.