Tal y como hizo Jesús con los 12 discípulos, el obispo de la Iglesia católica Rubén Antonio González le lavó los pies a un mismo número de reos del Complejo Correccional de Guayama, en una ceremonia celebrada ayer en la institución con motivo de la conmemoración de la Semana Mayor.

“Como secretario, visualizo que la rehabilitación requiere, también, desarrollar el espíritu, que tenemos que curar el alma, y este tipo de actividades tienen ese propósito”, expresó el secretario de Corrección, José Negrón Fernández.

Fueron 82 los reos que participaron de la actividad religiosa, pero 12 participaron del lavatorio de pies. El sermón se trató más de una especie de clase de catecismo, en la que se les explicó a los presos el significado del sacramento.

“Hay muchos seres humanos con muchas destrezas, y lo que hay es que ayudarlos. La rehabilitación es algo individual, pero aunque el departamento no es perfecto, tiene herramientas para el que se quiera rehabilitar”, abundó el funcionario, que estuvo presente en la ceremonia.

Esta no es la única actividad de esta línea que se ha llevado a cabo en las diversas instituciones carcelarias en estos días, donde ya es costumbre que el Departamento de Capellanía desarrolle las mismas durante la Pascua.

Por su parte, el obispo González se concentró durante su sermón en motivar a los confinados a acercarse más al Creador. Los instó a tener una búsqueda espiritual más profunda y a caminar por la senda del bien. Asimismo, le impartió la Santa Cena a los confinados, quienes formaron parte del rito leyendo versículos bíblicos a los presentes.

“Fue mi primera actividad de este tipo como secretario, y te puedo decir que fue una emotiva por demás, y nuestro compromiso es continuar promoviéndolas”, dijo Negrón.