Un grupo de confinados testificaron este viernes sobre la forma en que fueron golpeados y rociados con gas pimienta por guardias durante la vista preliminar que se sigue contra 10 oficiales de la Unidad de Operaciones Especiales (UOE) del Negociado de Instituciones Juveniles del Departamento de Corrección y Rehabilitación imputados de agredir a 14 confinados durante un registro rutinario en la cárcel 292 de máxima seguridad de Bayamón.

Durante el procedimiento, algunos abogados de los imputados trataron de establecer que el incidente ocurrió porque los confinados no siguieron las órdenes de los oficiales durante el registro donde se ocuparon drogas y otros insistieron en la ausencia de identificación de sus clientes.

Durante la vista, ante la jueza Myriam Camila Jusino Marrero, del Tribunal de Bayamón, el Ministerio Público, representado por los fiscales Miguel Alameda Rodríguez y Arlene Gardón Rivera, también proyectó parte de los vídeos de las cámaras de seguridad de la institución penal que capturaron la alegada golpiza.

Los vídeos no se mostraron al público en sala. La pantalla se colocó de forma que solo la magistrada observaba las imágenes.

Dirigido por las preguntas del fiscal Alameda Rodríguez, el confinado Christian Rodríguez Sierra declaró que la mañana del 21 de marzo de 2013 se encontraba durmiendo cuando otro compañero gritó "atiéndelo que son muchos", una frase que usan los reos para anunciar un registro.

Esposado en la silla de los testigos, narró que los agentes de "la unidad entraron agresivamente y hablando malo".

"Abren el portón y me mandan a que salga y que me siente frente al portón, frente a la nevera. No me senté. Me eñangoté", agregó.

Relató que se levantó cuando observó que golpearon a otro confinado de nombre Carlos Colón Estela.

"Me dicen que me siente. Yo le digo que él no estaba haciendo nada. Me echan gas pimienta y luego me dan rotenazos", indicó el testigo.

Señaló que recibió otros golpes y que cayó al suelo. También contó que observó a otros oficiales golpear a otros confinados.

Agregó que después de la escaramuza, los guardas penales les permitieron bañarse y que cuando finalizó el registro los llevaron a recibir atención médica.

Sin embargo, a preguntas de la licenciada Ruz Torres Orengo, Rodríguez Sierra aceptó que no podía identificar a los oficiales que lo golpearon y a quienes aseguró haber visto por primera vez el día del incidente.

Luego, a preguntas del licenciado Michael Corona Muñoz negó que Colón Estela fuese el líder de los confinados y que se hubiese resistido al registro al no seguir la orden de sentarse en el piso.

El confinado Ángel Colón Vázquez, por su parte, relató que esa mañana los oficiales de la unidad llegaron soltando palabras soeces y en actitud negativa.

Indicó que bajó las escaleras, porque su celda se encontraba en el segundo piso, y que cuando se iba a acomodar en el espacio donde estaban los otros confinados recibió golpes con un roten.

"Pongo la mano y me fracturo el dedo", apuntó.

Contó que posteriormente lo rociaron con gas pimienta al igual que a los otros compañeros y que recibió otros golpes cuando los oficiales movieron a los confinados del área de las celdas a la cacha.

En su caso, explicó que no quiso bañarse porque el agua reactiva los efectos del gas pimienta.

 Sobre su fractura, indicó que el médico de la institución penal lo refirió al Centro Médico. Tuvo un yeso por unas ocho semanas.

En el contrainterrogatorio de Torres Orengo, Colón Vázquez no pudo identificar a la persona que lo roció con gas pimienta y como hizo durante el directo del fiscal Alameda Rodríguez, identificó incorrectamente a sus supuestos agresores como miembros de la UOT o Unidad de Operaciones Tácticas.

El día de la supuesta agresión la UOE del Negociado de Instituciones Juveniles colaboraba en el registro por la falta de personal en la institución carcelaria.

Colón Vázquez, sin embargo, aseguró que podía identificar en sala a tres de los agentes que lo golpearon. Esa identificación la realizó en el redirecto del Ministerio Público.

A preguntas del licenciado Corona Muñoz, el testigo reconoció que ese día se ocuparon drogas durante el registro e indicó que se sentó para evitar los golpes.

En la sala 606, los imputados Lorenzo Ortiz Torres, Carlos Javier Otero Ortiz, Israel de Jesús Pérez, Ramón Cora Romero, Sigfredo José Acosta Acosta, Juan Josué Montero Negrón, Gabriel González Montalvo, Guarionex Galarza González, Nelson Rodríguez Aponte y el teniente Daniel Rodríguez Rodríguez seguían los testimonios con atención.

Los oficiales encaran ocho cargos de violación a la Ley de Armas y 13 cargos por agresiones menos graves por supuestamente agredir con sus rotenes a los confinados.

La jueza Jusino Marrero solo tiene ante su consideración las violaciones a la Ley de Armas. Los cargos por las agresiones por tratarse de delitos menos graves pasaron de la vista para encontrar causa para arresto directamente a la etapa de juicio.

La vista preliminar sigue el 31 de enero a las 10:00 a.m.