La comunidad sigue llorando las pérdidas y cuestionan la condena

¿Sesenta y dos años, seis personas?

La sentencia de cárcel emitida ayer por el juez Harry Massanet Pastrana contra Jonathan Soto Bonilla, alias “787”, se convirtió en un alivio de justicia para la comunidad del residencial El Prado, sin embargo, algunos cuestionaron la cantidad de tiempo que cumplirá por cada uno de los seis cargos de homicidio negligente, entre otros, que provocaron las muertes de cuatro niños y dos adultos cuando el hoy convicto los embistió con su vehículo mientras intentaban cruzar hacia el residencial.

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“Si lo comparamos con otro caso como el de (Pablo) Casellas, Casellas mató a una sola persona y le echaron 109 años. Aquí estamos hablando de seis seres... 62 años, no sé, pero yo lo encuentro muy poco”, opinó Jesús Colón.

Para la técnica de servicios a residentes de El Prado, Glory Rosario, la comunidad “va a estar satisfecha con que se hizo justicia, (pero) con el término de tiempo no creo que estén muy felices porque fueron muchas vidas de la misma familia”.

Añadió que a “nosotros nos afectó mucho y luego de ese incidente... el ambiente cambió totalmente, y todo el mundo pide justicia... pero digo que por más años que le den a él no va a reemplazar seis vidas”.

La sentencia fue emitida ante la presencia de familiares de Soto Bonilla, así como de las víctimas de la tragedia: Laura Vivas Rodríguez, de 73 años; Raysa Calderón García, de 21 años; Amanda Calderón García, de 7 meses; Anthony Saldaña Calderón, de 7 años; Génesis Saldaña García, de 9 años; y Laura Montalvo Calderón, de tres años.

En sala, el juez reprendió al convicto: “Aun viendo lo que sucedió, se marchó (de la escena). Lo menos que pudo haber hecho fue pararse a socorrerlos porque eso es sensibilidad humana”.

Soto Bonilla, por su parte, quien ahora tiene 22 años de edad, pidió perdón a los familiares: “ Quiero pedirles perdón de corazón, aunque yo sé que un perdón no les va a devolver la vida”.

“Es la misma mamá”

Poco tiempo después de conocerse la sentencia, Glory recordó que la única sobreviviente del choque, Yaiza Montalvo Calderón, de seis años, es “un clon de su mamá... Es como un cantito de ella, de Raiza... pero a la misma vez es como darle a la llaguita...”.

Raiza quería cambiar, echar pa’lante, aseguró. “Yo trabajaba ese caso con la esperanza de una muchacha que quería salir adelante y ella no era perfecta… Tú puedes identificar los que realmente quieren salir adelante y ella era una y por eso a mi me afectó mucho... Terminó el cuarto año y lo que le faltaba era nada para terminar facturación (médica)... Ella me dijo que quería salir de aquí, que quería hacer algo por sus hijas”, contó.

Pero, quedó Yaiza. Suhail Correa, madrina de la bebé Amanda, afirmó que “esa niña (es) un milagro de Dios. Eso es una esperanza... y cada vez su sonrisa vale un millón porque nos acordamos de su mamá”.

Se cierra así el capítulo judicial –a menos que surja una apelación– pero Suhail afirmó que “cada primero de febrero siempre nos acordaremos de esa tragedia tan dura”.