Randy Charriez Rolón fue declarado culpable por dos cargos por transportar a un menor de entre 8 y 10 años para cometer actos sexuales ilícitos y un cargo por posesión de pornografía infantil, por lo que será sentenciado el 1 de octubre.

Al jurado compuesto por seis mujeres y seis hombres le tomó aproximadamente tres horas de deliberación para emitir el veredicto unánime presentado en sala ante la jueza presidenta del Tribunal Federal de Puerto Rico, Aida M. Delgado Colón.

Se expone a una pena mínima de 15 años de cárcel porque la víctima es menor de 14 años.

Durante el proceso judicial, que tomó cuatro días, el niño –que ahora tiene 11 años- testificó el lunes y narró el patrón de agresiones sexuales por las que su entonces vecino del sector La Cuchilla del barrio Quebrada Cruz, en Toa Alta, lo sometió entre 2012 y 2014.

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El menor detalló que, para ganarse su confianza y la de su familia, el ahora convicto le regalaba juegos de vídeo, bicicletas para él y sus cuatro hermanos, y hasta una cama litera. También contó sobre las ocasiones en que Charriez Rolón lo sodomizó y lo amenazaba con matar a sus padres de no acceder a sus pedidos.

Destacó igualmente que las múltiples agresiones sexuales ocurrieron en la casa de Charriez Rolón, en su carro Suzuki, en el baño de una cancha bajo techo, en un restaurante de comida rápida en Toa Alta, en el estacionamiento de una villa pesquera y de unas piscinas públicas, y hasta en una casa abandonada.

Durante su testimonio por circuito cerrado, el fiscal Marshal D. Morgan -junto con la fiscal Cristina Caraballo- le preguntaron al niño qué le hacía Charriez Rolón, a lo que el menor contestó en detalle cómo el acusado lo sodomizó en la sala de su casa. Luego narró que no pudo correr bicicleta. Dijo que este patrón ocurrió varias veces, y que solamente pudo usar la bicicleta una vez que Charriez Rolón dejó el portón abierto y se la llevó a su casa.

Narró también como en una ocasión en que se negó a someterse al abuso sexual de su vecino, el imputado le disparó con una pistola de pellets.

"Me disparó en la rodilla. No pude caminar”, narró para luego añadir que acto seguido el hombre le “amarró las manos” y procedió a abusarle sexualmente.

Un día, "me molesté y me cansé" y le relató lo sucedido a un tío porque "estaba cansado de las cosas que Randy me hizo que no me gusta".

Tras conocer el veredicto, tranquilo, Charriez Rolón, de 30 años, permaneció junto a su abogado Miguel Rodríguez Robles, hasta que fue esposado por los alguaciles federales. Estos lo sacaron de sala y fue entonces que se encontró con su padre, quien le dio un abrazo y un beso.

"Hijo, esto no se acabó todavía. No te apures", le dijo su padre, mientras que su madre le dijo: "El sábado nos vemos", refiriéndose a que lo visitará en el Centro de Detención Metropolitano (MDC, por sus siglas en inglés), en Guaynabo.

Charriez Rolón fue arrestado el 10 de marzo de 2014 y desde entonces está sumariado al no concedérsele libertad bajo fianza.

Otro caso en el foro estatal