El testigo principal en el juicio contra Francisco "Trenza" Reyes Rosa, acusado por asesinar al agente policiaco Wilfredo "Ramito" Ramos Nieves en medio de una intervención durante una transacción de drogas, dijo hoy, jueves, que testificó contra el acusado por que la víctima no "merecía" morir así.

Luis Roberto Rodríguez Oquendo llegó a la sala 606 del Tribunal de Bayamón escoltado y esposado, con uniforme de sumariado color mostaza, ya que enfrenta cargos de tentativa de asesinato y violencia doméstica relacionado a otros hechos.

A preguntas de los fiscales Carlos Rodríguez y Daynelle Álvarez, Rodríguez Oquendo relató que vivía en parcelas Juan Sánchez, lugar donde ocurrieron los hechos, y que el 14 de agosto de 2012 fue al punto de drogas del lugar "porque yo consumía allí". Describió el lugar como una casa abandonada.

Allí dijo que Trenza, quien atendía el punto y a quien identificó en sala y dijo conocer desde antes porque frecuentaba el sitio, le manifestó que se había acabado la marihuana, por lo que él fue a un parque cercano a buscar un paquete con la droga. Regresó al punto y luego volvió al parque a buscar otro paquete, esta vez de crack. Al volver al punto, le entrega el paquete de crack a Trenza. Agregó que un sujeto apodado Cocolo estaba allí también.

Narró ante el juez José Ramírez Lluch que cuando el hoy acusado estaba contando el paquete, llegó un carro al portón del frente.

"Cuando el carro llega, está estacionado como uno o dos minutos. Cuando nos ven que nos asomamos, se baja una persona del lado del pasajero, un hombre", manifestó el testigo.

"Nos ve y nos pide una bolsa de pasto. Trenza le dice que aquí no hay nada de eso, y él nos dice: 'Péguense a la pared, Policía de Puerto Rico'. Me volteo y, de momento, se oyen las detonaciones, varias. Cuando me volteo, la persona está tirá en el piso", declaró Rodríguez Oquendo.

"Dije, '¿qué hizo este loco?' y eché a correr al monte", agregó Rodríguez Oquendo, quien destacó que había visto anteriormente que Reyes Rosa estaba armado con una pistola y dijo que pensó que le iba a disparar a él, por lo que echó a correr.

Manifestó que corrió hacia el monte y se escondió cerca de un auto abandonado. Que escuchó pasos cercanos y personas que decían: "A estos dos los vamos a matar". Dijo que los agentes lo encontraron, lo agredieron y luego lo llevaron en ambulancia al hospital.

En el hospital, dijo que vio a Trenza, pero que casi no lo reconoció porque tenía el pelo "revolca'o" y antes lo tenía recogido con una trenza larga.

Al ser dado de alta, fue llevado a una celda en la Comandancia de la Policía y al otro día prestó una declaración jurada en fiscalía.

Cuando se le preguntó por qué declaró, respondió: "Me sentía mal porque sinceramente, si es una persona que se lo merece, está bien. Pero si es alguien que no se lo merecía, había otra forma de bregar la situación".

A preguntas del abogado Federico Ducoudray, Rodríguez Oquendo confesó que en la primera declaración jurada que prestó el 15 de agosto, no aparece el nombre de Trenza, ni siquiera su apodo. Luego aclaró a preguntas del fiscal que se refería a él como "Flaco" en dicho escrito y sí incluye el apodo de Trenza en la segunda declaración jurada que prestó el 10 de octubre de 2012.

En un momento dado se contradijo porque durante el interrogatorio del fiscal dijo que fumó crack solamente poco antes de los hechos, pero en el turno del abogado declaró que fumó también por la mañana, además de marihuana.

El testigo reconoció que ha sido arrestado más de 10 veces por cargos de sustancias controladas, daño, apropiación ilegal, apropiación de vehículo de motor, entre otras, pero no lo incluyó en sus declaraciones juradas.

El testigo llegó tarde por que cuando oficiales fueron a buscarlo a la cárcel en Ponce, se les informó que había sido transferido a otra institución carcelaria debido a que los reos lo habían amenazado de muerte tras enterarse que era testigo en el caso.

También testificó la patóloga forense Irma Rivera, quien realizó la autopsia a Ramos Nieves.

Manifestó que el cuerpo presentaba tres heridas de bala y cada una de ellas "por sí mismas pueden ser fatales". Todas tienen un patrón de tatuaje de pólvora, que significa que los disparos se hicieron a dos pies o menos de distancia entre la boca del cañón y la piel.

El juicio contra Reyes Rosa por asesinato en primer grado, Ley de Armas y sustancias controladas continúa el lunes con la presentación de un testigo de defensa, dado a que ya el Ministerio Público sometió el caso.