El asesinato de  Nixzalis Suárez el domingo en el área turística de Piñones a manos de un desconocido -en lo que se presume fue una confusión- mantiene a su familia entre la sorpresa, la indignación y el dolor.

Pero tan solo basta ponerse a hablar de ella y afloran otros sentimientos, y en especial mucha risa por la forma de ser tan graciosa, amable y servicial que mostraba siempre.

Decenas de personas llegaron a su casa entre la mañana y la tarde, y mientras clamaban por justicia, no evitaban hacer cuentos sobre cuánto le gustaba jugar bingo o cantar merengues. Asimismo, contaron que ella machacaba con el plan familiar para desalojar la residencia en caso de un tsunami, que incluía el estacionar religiosamente los autos en la dirección a la salida más cercana.

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Una de las muestras de cariño provino de uno de los primos de la víctima quien compuso una canción en la que reitera su amor por ella y que nunca la olvidarán y que compartieron con Primera Hora.