El momento y la razón para leerle las advertencias de Ley a Jonathan Soto Bonilla se convirtieron en el eje central de las preguntas que el licenciado Federico López realizó al agente Jaime Rodríguez Escalona, de la División de Arrestos Especiales y Extradiciones de la Policía.

La defensa de Soto Bonilla, acusado por el accidente que causó la muerte a seis personas frente al residencial público El Prado en Río Piedras, también insistió en el asunto de la escolaridad del muchacho, de 21 años.

En la continuación este martes de una vista para determinar la admisibilidad de unas expresiones incriminatorias que realizó el acusado en el proceso de extradición a la Isla, Rodríguez Escalona aceptó por primera vez que le leyó las advertencias de Ley a Soto Bonilla porque había sido identificado como el sospechoso del choque fatal.

"Fue una de las razones por las cuales se lee", indicó el agente con 15 años de experiencia en la uniformada.

Previamente, el oficial había indicado que leyó las advertencias al acusado en el área de espera del aeropuerto en Nueva York como parte del proceso de asumir la custodia del hombre, que en ese momento era requerido por las autoridades por un caso de violencia doméstica, que no prosperó, y otro de violación a la Ley de Tránsito, y porque entendía que el detenido estaba a punto de autoincriminarse mientras llenaba unos documentos relacionados al trámite judicial.

Ante las preguntas del abogado defensor, Rodríguez Escalona mencionó que indagó el asunto de la escolaridad Soto Bonilla, quien estudió hasta el séptimo grado una vez se encontraban en el avión, pero en el interrogatorio del ministerio público, representado por las fiscales Jimara Gabriel Maisonet y Lisette Sánchez Vázquez, realizó el comentario de la escolaridad mientras ofrecía detalles de la conversación que sostuvo con el acusado en el "gate" del aeropuerto neoyorquino.

Además, el agente explicó que luego de leer el cartón con las advertencias a Soto Bonilla, quien escribió sus iniciales en el documento, este le preguntó si lo podía ayudar.

En respuesta, Rodríguez Escalona señaló que "lo mejor que podía hacer para ayudarse era decir la verdad".

En el choque, ocurrido el 1 de febrero, fallecieron Laura Vivas Rodríguez, de 73 años; su nieta Raiza Calderón García, de 21 años; y sus biznietos Laura Montalvo Calderón, de 3 años; Anthony Saldaña García, de 6 años; Génesis Saldaña García, de 9 años; y Amanda Calderón, de 8 meses de nacida.

La vista continúa este miércoles en la sala 1103, que preside el juez Harry Massanet Pastrana del Tribunal de San Juan.