Contrario al testimonio del patólogo forense del ministerio público, la patóloga forense Yocasta Brugal declaró esta mañana que la persona que cortó el cuello de Georgina Ortiz Ortiz se encontraba a su espalda y era zurda.

Afirmó también que era "poco probable" que el cuchillo que apareció debajo de la mano derecha de la víctima fuera el arma homicida.

Pero a pesar de estas conclusiones, la perito de la defensa no pudo explicar las manchas de salpicaduras que se encontraban en el techo falso que sostenía los conductos del aire acondicionado central cercano al lugar donde apareció el cuerpo de la víctima y que el patólogo Carlos Chávez indicó se realizaron con el movimiento del cuchillo al abandonar el cuerpo de la víctima.

Brugal tampoco ofreció una explicación para las contusiones que Ortiz Ortiz, de 72 años, presentaba en sus dos rodillas y que Chávez explicó que eran compatibles con haber caído de rodillas al suelo en algún momento del evento que provocó su muerte.

Hoy, en lo que pareció un duelo de peritos, la defensa de la empleada doméstica Aida de los Santos Pineda, acusada de asesinar a Ortiz Ortiz, sentó como testigo a Brugal para impugnar los hallazgos de Chávez.

Usando como variables la rigidez cadavérica y el vaciado del contenido gástrico en el estómago de Ortiz Ortiz, Chávez estimó que falleció entre las 11:30 a.m. y las 2:00 p.m. del 17 de agosto de 2010.

Durante ese período, De los Santos Pineda y el exjuez Carlos Irizarry Yunqué, esposo de la víctima, estuvieron en el apartamento 5B del Condominio Laguna Terrace en el Condado, donde apareció muerta la mujer.

Además, Chávez indicó que la persona que causó la herida a Ortiz Ortiz se encontraba frente a ella y que realizó la herida con la mano derecha, mientras otra persona la agarraba por la espalda.

Pero durante el testimonio directo, a cargo del abogado Aarón Fernández Flores, Brugal rechazó esta conclusión.

"Es una herida que tiene el borde limpio, que es de un arma que tiene filo y que probablemente fue realizada desde atrás por el tipo de herida", afirmó.

"Es una herida única... que va de derecha a izquierda", agregó Brugal.

Explicó que la persona que probablemente cortó el cuello de la víctima la tenía agarrada con la cabeza hacia atrás, una acción que estira el tejido flácido del cuello y permite una herida limpia.

Ante un jurado compuesto mayormente por mujeres, Brugal, exdirectora del Instituto de Ciencias Forenses (ICF), rechazó que el cuchillo de mango negro y con una navaja de 7 pulgadas fuera la arma blanca usada para atacar a Ortiz Ortiz porque esta tenía un filo irregular que se supone deje abrasiones en los bordes de la herida.

"No me parece que es el arma usada porque hubiera quedado material genético", apuntó la patóloga forense, que ahora es presidenta y decana de la Escuela de Medicina San Juan Bautista.

La seróloga que analizó el cuchillo no encontró material genético en el mango del cuchillo.

Como Chávez, Brugal observó que el cuchillo presentaba un patrón irregular de sangre que sugería que había sido colocado en el lugar para simular un suicidio. Ambos también coincidieron en que el cuchillo había sido limpiado y que la víctima presentaba síntomas que demostraban una muerte por estrangulación.

Brugal también respondió con un "no" cuando el abogado le preguntó si era posible realizar la herida estando de frente a la víctima, y evitó ofrecer una hora exacta de muerte.

En el contrainterrogatorio de la fiscal Elba Acevedo Pérez, Brugal reconoció que no había rendido un informe de sus hallazgos, y que realizó sus conclusiones de memoria y sin tomar notas. Tampoco visitó el ICF para analizar el tejido de la víctima que permanece en el lugar.

Entonces, Chávez volvió al estrado para un turno de refutación, y reiteró su teoría de que la persona que cortó a la víctima era probable que se encontraba frente a ella.

También insistió en que al realizar un análisis no deben quedar "cabos sueltos", en una explicación que pareció dirigida a enfatizar en las omisiones que detectaron en las conclusiones de su colega.

Poco después de que la defensa sometió su caso y el jurado abandonó el salón de sesiones, el licenciado Fernández Flores presentó una petición de absolución perentoria a la jueza Torres Cancel.

La magistrada se reservó el fallo hasta que el jurado emita su veredicto.

De los Santos enfrenta un cargo de asesinato en concierto y común acuerdo a una persona que nunca ha sido identificada y otro de violación a la Ley de Armas.

El juicio sigue el miércoles con la presentación de las argumentaciones finales, mientras que el jueves el jurado se retirará a deliberar.