El empresario Juan Bravo decidió comprar cuatro boletos para la pelea de Tito Trinidad contra Ronald "Winky" Wright en febrero de 2005 durante un almuerzo con algunos de sus amigos.

Uno de los boletos era un regalo de Bravo para José Luis Llama, según relató hoy en la continuación del segundo juicio contra el empresario y el exsenador Héctor Martínez.

Llama, un corredor de carreras en embarcaciones acuáticas, señaló que las otras tres taquillas eran para Ricardo Carrillo, otra para José Torres y por supuesto, una para Bravo.

La fiesta se les agüó cuando más adelante, Llama se enteró que una de sus competencias sería el mismo día que la pelea de boxeo de Trinidad. 

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"Pues que se jod... la pelea", le dijo Bravo en un momento a su amigo porque prefería acompañarlo en esa competencia. Sin embargo, Llama dijo que lo convenció de que se fuera a Las Vegas con los demás porque después de todo, no era una competencia arriesgada para él, aparte de que toda la vida lo había apoyado.

"Si yo le hubiese dicho: 've a la carrera conmigo', no estaríamos aquí ", declaró Llama.

Y es que, ante el conflicto de fechas de Llama, es que surge la opción de invitar al senador Héctor Martínez, por lo que no se trató de un soborno para adelantar proyectos de ley que le beneficiaban, según la teoría de la defensa.

También declaró hoy como testigo Manuel Torres, secretario del Senado ahora y en el 2005 quien explicó el proceso al radicar un proyecto de ley. Torres, también ex Contralor Electoral, dijo que él es quien asigna los proyectos de ley a las comisiones según su discreción y siguiendo unas guías básicas establecidas por reglamento. 

Torres explicó que no importa cuánto poder tenga un legislador, si la mayoría no vota a favor de una pieza legislativa, no hay forma de que pase a la Cámara de Representantes y se convierta en ley.

Dijo que Héctor Martínez nunca fue a su oficina a pedir que le asignaran un proyecto a su comisión de seguridad pública y señaló que lo normal es que el staff de la comisión, no el legislador, sea quien invite a vistas públicas y establezca las fechas de las audiencias.

Torres leyó el tracto de otra medida que presentó Martínez el mismo día que radicó el proyecto para enmendar la ley de detectives privados y lo distinto que fueron ambos procesos. En el caso de la otra medida, la 409, en apenas ocho días bajó por descargue, también conocido como el proceso "fast-track", al pleno del Senado y se aprobó.

Sin embargo, el proyecto 410, que alegadamente beneficiaba a Bravo, se aprobó en mayo siguiendo el trámite normal y luego de vistas publicas.

Su testimonio buscaba establecer que Martínez no le dio un trato preferencia al proyecto de detectives privados.

El juicio continúa el lunes.