Manatí. Lo despidieron haciendo lo que más disfrutaba y donde logró situarse como uno de los mejores.

Cientos de ciclistas de todas partes de la Isla se reunieron el miércoles frente a la iglesia Alianza Cristiana y Misionera, en la carretera PR-149, para de allí salir pedaleando hasta el cementerio Valle de los Sueños, en donde le dieron el último adiós a Josué Ramos Ortiz, el joven que el pasado domingo fue arrollado por un conductor que se dio a la fuga.

Más de 400 ciclistas pedalearon poco más de tres millas a lo largo de un tramo de la carretera PR-2, en un gesto de solidaridad sin precedentes. Por varios minutos esta principal vía de tránsito se mantuvo paralizada para dar paso a los atletas, que escoltaron el coche fúnebre hasta llegar al camposanto.

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Allí, el silencio fue cómplice de los presentes pero las lágrimas hicieron evidente el dolor que cada uno llevaba, al saber que se despedirían  del joven ciclista, que se destacaba como inspector del programa de aguas usadas en la Autoridad de Edificios Públicos (AEP).

Sus compañeros ciclistas formaron una fila en la entrada principal del cementerio y levantaron los neumáticos delanteros de sus bicicletas en honor al joven fenecido, que tenía 30 años.

Este acto, y los subsiguientes aplausos provocaron el llanto inconsolable de la viuda, Stephanie Villanueva Sánchez, quien apenas podía mantenerse de pie y tuvo que ser asistida por algunos familiares. Sus ojos delataban el incesante llanto que ha experimentado desde la partida de su esposo.

Santos “Cano” Rivera Ocasio, quien conoció a Ramos Ortiz en las competencias de ciclismo, describió al joven como uno muy disciplinado y entre los mejores corredores de mountain bike en la Isla.

“Él era tremendo muchacho, uno de los mejores corredores, de los más destacados”, dijo.

Agregó que en el plano personal “Josué era un muchacho muy amable y servicial. La gente no se equivoca cuando dicen que era un hombre de Dios”, manifestó el atleta, que lleva más de 30 años practicando el deporte del ciclismo.

“Josué ha provocado que cada uno de ustedes lleve en su corazón y en su mente el mensaje que él vivió, de la manera que el corrió… corrió en la bicicleta legítimamente, corrió en la pista de atletismo legítimamente y en la carrera del Señor también corrió legítimamente”, dijo, por su parte, el pastor Carmelo Milet Vázquez, quien lidera la iglesia a la que asistía Ramos Ortiz junto a su esposa.

“Él estaba muy activo en la iglesia, era de esas personas que nunca decía que no. Nuestra iglesia ha perdido un recurso extraordinario”, destacó.

Asimismo, José Rodríguez Guzmán se mostró consternado ante la trágica muerte de su compañero de trabajo en la AEP.

“Es muy doloroso para todos porque él era tremendo ser humano. La gente lo dice una y otra vez y no es por repetir, es que, verdaderamente, él era tremendo muchacho”, manifestó.

Los compañeros de trabajo de Ramos Ortiz cargaron el féretro hasta la fosa, en donde los familiares colocaron rosas y claveles. Un ciclista ofrendó sus guantes a su amigo fallecido.

El padre de Ramos Ortiz, Elí Ramos, mantuvo la calma en todo momento y se refugió en la fe cristiana, esperanzado en recibir el consuelo divino.

“Lo que ustedes pueden ver reflejado en mí es porque hubo tanta gente que insistió en la oración delante de la presencia de Dios, que Dios se vio comprometido a enviar paz y tranquilidad a mí y a  nuestras familias”, dijo el hombre serenamente, minutos antes de que procedieran a enterrar el ataúd.

El domingo pasado -como todas las semanas- Ramos Ortiz salió a correr bicicleta temprano en la mañana por la PR-2. Poco después de que el reloj marcara las 6:00 de la mañana, el ciclista fue embestido por un vehículo, cuyo conductor nunca se detuvo y se fue a la fuga. Las cámaras de seguridad instaladas en algunos establecimientos comerciales del área captaron el trágico suceso, que dio pistas certeras a la Policía que están ayudando a esclarecer el trágico suceso.

Ayer tarde el joven José Luis Figueroa fue declarado como sospechoso de causarle la muerte a Ramos Ortiz.