Llegó hasta su lugar de trabajo, su segundo hogar. Pero esta vez no fue a laborar. El cuerpo de la agente Glorybee Ortiz Ramos fue llevado al cuartel de la policía estatal de Arroyo donde sus compañeros le dieron el último adiós.

La mujer de 34 años fue asesinada el pasado domingo por su compañero José L. Rodríguez en medio de un incidente de violencia de género.

Amigos, familiares y ciudadanos de Arroyo acompañaron el féretro, el que fue abierto para el público. El capellán Manuel Pérez elogió a la agente, destacando que dejará huellas en los pasillos de su trabajo.

“Nos ha alcanzado la violencia, perdimos un ser que no se podrá reemplazar”, dijo el capellán.

De allí partieron a pie hasta el cementerio municipal donde la recibieron con aplausos.

“Me pesa que mi sobrina haya sido víctima de violencia doméstica y de los procesos injustos de la policía”, comentó Rosael Ramos, tío y ex policía.

Este exhortó a las víctimas a que no callen y griten a cualquier persona que necesitan ayuda.

“Mi sobrina solo quería ser feliz”, sostuvo Ramos.

Miembros de la Unidad de Operaciones Tácticas de Guayama realizaron la entrega de banderas, los disparos de salva y el toque trompeta en honor a la agente caída.

Los padres de la infortunada Gloria Ramos y Edwin agradecieron las muestras de cariño para la familia y su hija. Estos también hicieron un llamado a las mujeres a que hablen y denuncien a sus agresores para que no se pierdan más vidas.