“No era un perro, era un padre de familia a quien dejó allí tirado”.

Tras identificar  el cuerpo de su hijo en el Instituto de Ciencias Forenses (ICF), Milda Camareno Reyes todavía trata sin mucho éxito de controlar las emociones que le embargan desde el mediodía del miércoles, cuando una vecina llegó a su hogar para decirle que en las noticias habían pasado el reportaje de un hombre que murió atropellado por un carro cuyo conductor se había ido a la huida. 

Ese hombre tenía puesto unas zapatillas similares a las del hijo de Milda, Magín Alberto Grau Camareno.

A los pocos minutos de la conversación, policías que pasaban por su residencia en la barriada San José le recomendaron que fuera al ICF. Allí recibió la mala noticia.

“Nadie me ha entrevistado. Estoy desesperada. La Policía no me ha llamado. Es algo que pues… estoy en pleno proceso”, contó la mujer en entrevista telefónica con Primera Hora.

El cuerpo de Grau Camareno fue encontrado a las 3:43 de la madrugada del miércoles en la avenida José Celso Barbosa, sobre el expreso Jesús T. Piñero en Río Piedras. 

La persona que lo embistió con su vehículo se fue a la fuga. No se ha identificado a la persona sospechosa y tampoco se ha responsabilizado desde entonces por lo ocurrido. 

“Ahora mismo estoy pasando por el lugar de los hechos. No tenemos claro lo que pasó. A él lo llevaron a Forenses y tenía su licencia encima. Él venía de la iglesia y lo vi cuando se puso la licencia en el bolsillo”, contó su madre.

“Se había reconciliado con el Señor”, agregó.

La mujer indicó que su hijo, de 42 años, conversó hasta la 1:00 de la madrugada del miércoles con una amiga en San José y esa mujer le indicó que vio cómo Grau Camareno comenzó a caminar en dirección a la residencia que compartía con sus padres. Ese dato complica el panorama para su familia, ya que nadie tiene idea de por qué lo encontraron en la avenida Barbosa.


“Ella dice que estaban hablando en la esquina donde vive y que no estaba ebrio ni drogado. Que estaba bien y eso me lo dicen otras dos personas”, sostuvo su madre.

Camareno dijo desconocer si en la autopsia al cuerpo de su hijo se encontró alguna herida que pueda sugerir que no murió del impacto del auto y sí de algún ataque con arma de fuego o arma blanca.

A preguntas, doña Milda indicó que su hijo no estaba trabajando y que estuvo una temporada viviendo en el estado de Florida, regresando en el 2011. Era padre de dos paramédicos: una joven de 21 años y un varón de 19.

“Era un padre de familia y ellos están sufriendo”, dijo. “Estoy analizando unirme a dos o tres familias más para que esto de los hit and run pare. Esto no es justo. Quizás si lo auxiliaban sobrevivía”, dijo.

“Quiero que se entregue (el conductor) porque lo que mató no fue a un perro. Dejó dos hijos huérfanos. Que haga acto de presencia para que asuma su responsabilidad y se sepa lo que pasó”, agregó Camareno.

La mujer se cuestiona muchas cosas todavía: ¿murió su hijo inmediatamente? ¿Sufrió por mucho tiempo tirado en el suelo? ¿Por qué no lo llevaron a dos hospitales cercanos como el Auxilio Mutuo o el Centro de Diagnóstico y Tratamiento de San José?

“Yo soy una mujer cristiana y confío en la justicia divina”, proclamó ahogada en llanto.

Este medio intentó sin éxito conseguir información sobre el avance de la pesquisa.

Natural de Gurabo, donde se crió hasta los 17 años en la barriada El Cerro, Grau Camareno fue velado este viernes en  Gurabo Funeral Home y será enterrado hoy.