Cuando dos agentes del distrito policiaco de Arroyo acudieron al barrio Cacao Bajo de Patillas en apoyo a un llamado de emergencia, jamás imaginaron que en la escena encontrarían sin vida a una de sus compañeras de trabajo.

El asesinato de la mujer policía Glorybee Ortiz Ramos a manos de su compañero José L. Rodríguez Rivera, quien luego se suicidó, cayó como balde de agua fría en el cuartel donde la mujer laboraba y donde nunca expresó tener algún problema con el hombre con quien convivía hace dos años.

“Nos tomó por sorpresa, no esperábamos algo así”, dijo el sargento William Torres, auxiliar del comandante de distrito de Arroyo.

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Este expresó que la mujer de 34 años, con 14 en la Uniformada, siempre lucía alegre, con planes de mudarse a Estados Unidos a trabajar y que nunca les dijo que tenía problemas con Rodríguez Rivera.

“Era una excelente compañera, siempre estaba dispuesta a ayudar a todos por igual y vivía para sus hijos”, comentó el sargento.

Más temprano, capellanes de la Policía de Puerto Rico llegaron al cuartel donde realizaron un servicio de reflexión y apoyo a los policías ante la pérdida de su compañera.