Una objeción de la defensa interrumpió esta tarde el testimonio de Jaime Rodríguez Escalona, el agente de Arrestos Especiales y Extradiciones de la Policía que trasladó a Jonathan Soto Bonilla de Nueva York a Puerto Rico.

Dirigido por las preguntas de la fiscal Jimara Gabriel Maisonet, Rodríguez Escalona inició su declaración hoy ante el jurado que entiende en el juicio que se sigue contra Soto Bonilla en el Tribunal de San Juan por seis cargos de homicidio negligente.

El agente explicó que viajó a Nueva York con otros dos agentes para buscar a Soto Bonilla y a otro detenido. Luego de asumir jurisdicción de ambos detenidos partió al aeropuerto John F. Kennedy. En el aeropuerto le compró comida a Soto Bonilla y entabló una conversación con él sobre boxeo y el diario vivir. También le leyó las advertencias al acusado, quien según el agente se veía tranquilo y consciente.

Pero antes de que el testigo entrara en unas admisiones que realizó Soto Bonilla, el licenciado Federico López Santiago objetó la continuación del testimonio amparado en la Regla 151.1 de Procedimiento Criminal, que exige que el juez celebre una vista corta, en ausencia del jurado, para dirimir una objeción relacionada a una admisión o confesión.

El licenciado aseguró también que el ministerio público, representado por Gabriel Maisonet y la fiscal Lisette Sánchez Vázquez, busca introducir las admisiones de Soto Bonilla solo para apelar al sentimiento y las emociones del jurado.

Las partes argumentaron frente al estrado y luego se retiraron a cámara con el juez Harry Massanet Pastrana. Más tarde, el jurado regresó a sala y el testigo comenzó a declarar nuevamente.

Rodríguez Escalona declaró entonces que leyó las advertencias a Soto Bonilla y que en las dos preguntas que indagan si entendía lo que se le explicaba y si deseaba declarar, escribió un sí y plasmó sus iniciales.

También indicó que preguntó a Soto Bonilla si sabía la razón por qué estaba detenido.

"Sería por haber matado a esta gente", indicó el testigo que respondió Soto Bonilla.

López Santiago objetó y pidió al juez Massanet Pastrana copia de la resolución de su decisión de permitir el testimonio para acudir al Tribunal de Apelaciones.

El magistrado ordenó que el jurado y el testigo salieran de sala.

Entonces, el letrado argumentó lo que establece la Regla 151.1.

Sánchez Vázquez rechazó los planteamientos del abogado y argumentó que en su contrainterrogatorio podía atacar la pertinencia de la evidencia. No se opuso a la celebración de la vista, que inició poco después.

En la continuación del testimonio, Rodríguez Escalona indicó que Soto Bonilla respondió que entendía que había sido detenido por el accidente frente a El Prado, que cegó la vida de seis personas.

"Como entendí que no entendía, le enseño las órdenes de arresto", apuntó.

Soto Bonilla fue detenido por un caso de violencia doméstica, que no prosperó, y un desacato.

 Aunque su detención no tenía que ver con las muertes ocurridas frente a El Prado, el agente interrogó al acusado sobre lo ocurrido el 1 de febrero, día del choque fatal.

Soto Bonilla supuestamente le contó que ese día su esposa lo fue a recoger al residencial público Luis Lloréns Torres porque "llevaba dos días jodiendo y fumando marihuana".

Una vez en su casa, llegó Josué Vázquez Feliciano, conocido como JE, a buscarlo en el Toyota Camry Blanco, que le había comprado a Mono, un residente de El Prado.

 "(Me dijo que) el carro (el Camry) era robado y que le dijo a JE que no se quería montar porque el carro estaba fogoso para los guardias", apuntó el agente.

Esas declaraciones, sin embargo, son contrarias al testimonio que ofreció Vázquez Feliciano esta semana.

En su testimonio, Vázquez Feliciano, quien se encuentra preso por otros casos, declaró que ese 1 de febrero Soto Bonilla pasó a recogerlo a Lloréns Torres para buscar una ropa y luego ir a una fiesta.

La vista sigue el martes 24 de septiembre en la tarde.