A tres años de la muerte del niño Lorenzo González Cacho, la interrogante sigue siendo la misma de aquella madrugada del 9 de marzo cuando el pequeño fue declarado muerto: ¿Quién le arrebató la vida?

Aquel miércoles del año 2010 el pueblo se despertó con la trágica noticia y, desde entonces –al igual que su familia–, ha reclamado el esclarecimiento del caso, uno de los que más ha estremecido al país en los últimos años.

Las circunstancias, el o los nombres de los asesinos y el porqué quitarle la vida de una forma tan despiadada a un niño en su propio hogar siguen siendo un misterio. Las autoridades quizás tengan algunas de estas respuestas, al menos eso aseguran. Sin embargo, las mismas aún no han desencadenado en la radicación de cargos contra los responsables a tres años del asesinato.

Lo que sí está comprobado científicamente es que el niño, de quien al principio se dijo que se había caído de la cama, fue asesinado. La autopsia reveló que el menor sufrió tres heridas con un arma filosa, que pudieran ser compatibles con un cuchillo: en la sien, la ceja y el tabique de la nariz.

Esta “pausa” sin duda ha provocado un sentimiento de frustración en los familiares del niño. Su padre, Ahmed Alí González, no ha podido cerrar este triste capítulo en su vida y no lo hará hasta que se sepa quién o quiénes mataron a su niño. “Es frustrante que hayan pasado tres años. Uno mira hacia atrás y dice: ‘Imposible que haya pasado este tiempo y el caso no se haya radicado’. Es bien frustrante, máxime cuando las autoridades han dicho que el caso está esclarecido”, indicó Carlos Sánchez, abogado y primo de Ahmed.


¿Me imagino que ese es el mismo sentir de Ahmed?

Imagínate. Qué te puedo decir. Él tiene que mantenerse fuerte por la situación, porque tiene dos niñas que tiene que echar hacia adelante y ese es su norte. Hay muchísimas etapas de sanación que no se han podido dar hasta que el caso no se esclarezca. El proceso de sanación toma tiempo y naturalmente está en pausa.

La custodia de las hermanas de Lorenzo, de 15 y siete años, le fue otorgada a su padre. Las niñas no han tenido contacto con su madre desde el 30 de marzo de 2010.

En un correo electrónico enviado a este rotativo, Ana Cacho también expresó el “vacío” que siente “a tres años de la partida de mi príncipe”, sentimiento que ha incrementado con la ausencia de sus hijas.

“Solo una madre que ha perdido un hijo conoce este vacío y este dolor... Espero que pronto se aclare el asesinato de mi Lorenzo y el verdadero culpable sea acusado. La justicia para Lorenzo llegará y jamás me quitaré”, señaló.

Para Sánchez, la cooperación de Cacho con las autoridades es una pieza imprescindible para la resolución de este caso. “Este caso se da en el contexto de tu entorno familiar, bajo la custodia de tu madre, de noche, en tu casa, donde se supone que más seguro y protegido te encuentres. Sin embargo, esa misma es la persona que nunca ha querido cooperar”, señaló.

Fuentes de este diario ubican a Cacho y “dos hombres” intentando arreglar lo que ocurrió aquella madrugada. Un testigo presencial describe que un hombre cargó a Lorenzo hacia el cuarto y lo ubicó junto a su hermana menor.

El abogado está confiado en el esclarecimiento del caso, más cuando conoce del respeto que se profesan el secretario de Justicia, Luis Sánchez Betances, y el superintendente de la Policía, Héctor Pesquera.

El jefe de los fiscales, José Capó, sostuvo que trabajan continuamente en el caso y, aunque no entró en los méritos del mismo, señaló que confían en “acelerar” la investigación.

Dijo no estar frustrado con el tiempo que ha pasado, pues “la investigación criminal no tiene un libro que nos pueda decir cómo investigar”.

No se trata de tiempo, sino de radicar el caso y poderlo sostener en un tribunal más allá de duda razonable, destacó.