Tras enumerar las contradicciones que detectó en la prueba, el juez Harry Massanet Pastrana, del Tribunal de San Juan, encontró la tarde del jueves a Mark Centeno González no culpable de la muerte de Nadjia Beyley Vázquez, quien murió durante un tiroteo ocurrido el 23 de junio de 2013 en el negocio Santiago Iglesias Café, en Puerto Nuevo.

Al escuchar las palabras del togado retumbar en la sala 1103, la familia del acusado lloró de alegría, mientras que la madre de la víctima ahogada en llanto insistía en que Centeno González era responsable de la muerte de su hija.

"Él fue quien la mató. Tú lo sabes. Te va a llevar el diablo y los abogados son unos criminales", gritó la mujer, mientras alguaciles y familiares la escoltaban fuera del salón de sesiones.

En el pasillo del juzgado, la mamá del acusado se hincó de rodillas y levantó las manos para dar gracias a Dios.

Poco antes Massanet Pastrana explicó las razones para exonerar a Centeno González de un cargo de asesinato, un cargo de tentativa de asesinato y de cinco violaciones a la Ley de Armas.

"Aquí hay varios asuntos que no están en controversia. La pérdida de una joven de 22 años, que estaba empezando a vivir", apuntó al recordar que la víctima tenía la misma edad que una de sus hijas.

"Surgió que (la víctima) estaba en un sitio no adecuado", agregó.

Como parte de su repaso de la prueba, apuntó que los testigos del Ministerio Público, representado por las fiscales Nadia Pineda Pérez y Francelis Ortiz Pagán, declararon sobre la rivalidad que existía entre los vecinos donde ubica el Santiago Iglesias Café y enumeró las dos heridas de bala, una en la cabeza y otra en la pierna, que recibió la víctima.

La madrugada del 23 de junio tres hombres armados, uno con rifle y dos con pistolas, la emprendieron a tiros contras los parroquianos que se encontraban en el negocio. El Ministerio Público solo acusó a Centeno González, a quien identificó como la persona que disparó el rifle que segó la vida de Beyley Vázquez.

Pero en su alocución el juez Massanet Pastrana enfatizó que en este caso existían contradicciones con la identificación del acusado. Dos testigos, Allen Mirada (esposo de la víctima) y su padre William Miranda indicaron que el hombre con el rifle tenía una gorra, pero el guardia de seguridad del negocio, Marcos Llanos, ofreció una descripción física general del atacante sin detalles del rostro.

"Tenemos tres testigos. Uno dice que tiene gorra, otro dice que no tiene gorra y Allen no puede identificarlo", señaló el juez.

"Allen no pudo identificarlo porque portaba una gorra que le tapaba casi toda la cara", agregó.

Allen Miranda, quien resultó herido durante la balacera, no pudo identificar al acusado en una rueda de confrontación fotográfica.

"En este caso surgen contradicciones de la propia prueba. La contradicción no es si la gorra era negra o brown", afirmó el juez sobre las preguntas del Ministerio Público y de la defensa sobre el color de la gorra.

La descripción que ofreció Llanos surgió luego de una confidencia anónima que recibió la Policía y que identificaba a Centeno González como el hombre del rifle. El guardia de seguridad atestiguó que ofreció la descripción en la entrevista que le realizó el agente investigador Josué de la Cruz.

Sin embargo, en las notas de esa entrevista no aparece la descripción del atacante con el rifle. Esa descripción quedó consignada posteriormente en una declaración jurada tomada por el Ministerio Público.

El agente de la Cruz declaró que omitió el detalle de la descripción de las notas porque la entrevista con Llanos culminó abruptamente, ya que éste tenía que regresar a su trabajo como guardia municipal y no quería molestarlo. Llanos es guardia municipal y laboraba de noche como guardia de seguridad en el Santiago Iglesias Café.

Antes de emitir su decisión, el juez Massanet Pastrana escuchó las argumentaciones finales del Ministerio Público y de la defensa compuesta por los abogados Carlos Ramos Pantoja, Francisco Acevedo Padilla y Francisco Hernández Bosch.

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