La secretaria del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), Carmen Guerrero, confirmó este jueves que la agencia confiscó las embarcaciones de dos hombres que aseguraron ser pescadores, como parte un operativo enfocado en las personas que transportan turistas de manera comercial en el área de la reserva natural La Cordillera desde Las Croabas en Fajardo.

Guerrero detalló en una conferencia de prensa en la sede de la agencia que el operativo, que se realizará también en otros puntos de la Isla, tiene como objetivo examinar que las embarcaciones utilizadas para estos fines y sus operadores cuenten con la documentación requerida por el DRNA, la Guardia Costanera de los Estados Unidos y la Compañía de Turismo de Puerto Rico (CTPR).

 “Esto es un elemento sumamente preocupante porque la Guardia Costanera vela por la seguridad en el agua, y que estas embarcaciones se utilicen de manera adecuada, que tengan todo el equipo necesario para una operación comercial, que se cumpla con la cantidad de personas que pueden tener en esas embarcaciones, que tengan la licencia de capitanía, que sepan manejar una embarcación y no incurran en conductas repetidas”, explicó Guerrero.

 “Nos habíamos dado cuenta que había unas personas que aunque se les había orientado continuaban con el patrón de estas operaciones en calidad ilegal”, añadió.

 Del mismo modo, recordó que el DRNA, bajo el reglamento 8013, le exige a los operadores de embarcaciones para transporte turístico comercial en las áreas naturales protegidas solicitar una concesión de la agencia.

 Como parte de ese operativo y a días para el fin de semana largo del 25 de julio, la agencia les retuvo sus embarcaciones a los pescadores Ángel Hernández y Alexis Hernández Cruz por la ausencia de permisos. 

Ángel Hernández, dijo, transportaba pasajeros en una lancha que le fue entregada a su hijo, Reinaldo Hernández, por una tercera persona para que le realizaran unos trabajos de reparación. El dueño de la embarcación se encuentra en el proceso de firmar una declaración jurada en la que indica que desconocía el uso comercial que daban a su embarcación.

 En el caso de Alexis Hernández Cruz, indicó que a pesar de que cuenta con la licencia de la Guardia Costanera para la operación de embarcaciones y un seguro de responsabilidad pública, no tiene la Certificación de Turismo Náutico. También señaló que aunque ambos se han identificado como pescadores, lo cierto es que no aparecen registrados como pescadores comerciales con licencia en los récords del DRNA.

 “Estamos ante un DRNA que hoy está haciendo valer sus leyes y reglamentos. Si en el pasado no se hizo, eso fue la responsabilidad de otro secretario. Aquí estamos ante un equipo de trabajo que tenemos nuestras leyes y reglamentos claros y queremos hacerlas valer para proteger los recursos, pero también para ofrecer una experiencia turística a nuestros visitantes, que sea agradable, pero que también sea segura”, subrayó la funcionaria.

De esta forma, advirtió que operativos similares se están llevando a cabo a en áreas como La Parguera, Cabo Rojo, Culebra y otras zonas propicias para transporte marítimo comercial.

Luego de la conferencia de prensa trascendió que la agencia les devolvería los botes a Hernández y Hernández Cruz.

 Hernández informó esta tarde que fueron citados a una reunión en las oficinas del DRNA en San Juan, después de que trascendiera en los medios de comunicación la polémica que se generó a raíz de la confiscación.

"Nos van a entregar las embarcaciones. Mañana tenemos que ir a buscarlas en la base de Roosevelt Roads, y el martes tenemos que ir a sacar el permiso que nos piden", indicó Hernández.

Los pescadores han denunciado que las veces que han ido a buscarlos les han repetido que desde el 2010 “no se le da a nadie”.

“La secretaria (del DRNA, Carmen Guerrero) cedió. Nos dijo que está en la mejor disposición de ayudarnos”, dijo Hernández. “El pueblo ayudó mucho expresándose en contra de lo que pasó”, agregó.

“Lo que van a hacer es abrir una ventana para que los que trabajamos en las Croabas (de Fajardo) podamos sacar los permisos”, explicó Hernández. En esa zona, según la secretaria, de seis a 10 personas se dedican a transportar turistas a los cayos Icacos, Palomino, Palominito y Lobos, que forman parte de la reserva natural La Cordillera.

 Los pescadores, por su parte, señalaron que supuestamente tienen las licencias estatales y federales requeridas para operar las embarcaciones, así como pólizas de seguro y el endoso de la Compañía de Turismo, y que lo único que no tienen es un permiso que el DRNA dejó de otorgar desde el 2010.

Entretanto, la intervención del DRNA no ha sido bien vista por turistas que se benefician de esos servicios.

“Estoy en contra, porque esta es una opción económica de turismo para todos y no hacen nada distinto que otros. Si los barcos grandes pueden hacerlo (llegar a los cayos), ¿por qué el pescador pequeño no puede?", lamentó Ramón Sosa, quien viajó a Icacos junto a tres acompañantes desde las Croabas de Fajardo para pasar el día.

Hernández y Hernández Cruz dijeron que a consecuencia de la acción del DRNA perdieron cerca de 100 pasajeros entre ayer y hoy, jueves. De todas formas, continuaron operando con otras lanchas más pequeñas del grupo de pescadores que cooperan entre sí para llevar a los turistas que llegan al lugar solicitando los servicios.

“Siempre se debe estar en ley, pero como quiera que sea, es parte del sustento de los pescadores, así que se puede buscar un balance para que puedan trabajar con un turismo a bajo costo en Puerto Rico”, comentó el visitante David Alemañe. “A bajo costo, como están las cosas… es importante, y es su sustento de vida. Si se puede hacer un balance, mejor”.

 Este medio pudo observar hoy decenas de lanchas privadas y embarcaciones grandes de pasajeros que atracaron en la playa de Icacos.

Hernández Cruz destacó que no comprendía cómo esas grandes embarcaciones “que salen de las marinas privadas y cobran mucho más por los viajes no tienen problemas en llevar pasajeros. ¿Cómo consiguieron los permisos? No sé, porque yo llevo años tratando de conseguirlo y me dicen que no los dan”.

Asimismo, se justificó diciendo que nunca les habían dado algún tipo de advertencia ni querella avisándoles que no podían llevar los pasajeros. Incluso, dijo que “los vigilantes hasta nos saludaban en la mar. Nos veíamos todos los días y nunca habían intervenido. De ahora pa' ahora, la intervención vino de cantazo como si hubiera algo detrás de todo esto… los grandes intereses”.

Recordó que desde la década de 1930 han salido este tipo de embarcaciones hacia Icacos con turistas, incluyendo sus abuelos que “fueron de los pioneros” en transportarlos.

Por su parte, Hernández apoyó la versión de su primo de que algo no luce bien en la súbita acción del DRNA.

“Nosotros somos padres de familia y le damos servicio a los pobres que no pueden pagar un catamarán, se van con nosotros”, afirmó Hernández. “Vienen a hacer esto antes de un 25 de julio, que es el último fin de semana del verano y que sacamos lo que necesitamos para sacar las cosas de la escuela de nuestros hijos”.