La incomparecencia de Ana Cacho a una citación para realizarse una prueba de polígrafo en las oficinas del Negociado Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés), a pesar de haber dicho en septiembre estar dispuesta a someterse a ésta, levanta la interrogante de por qué evadir la cita ante este instrumento científico mejor conocido como “detector de mentiras”.  

¿Ana Cacho, sospechosa del asesinato de su hijo Lorenzo González, le huye a que se descubra la verdad al someterse a este instrumento? ¿En realidad detecta la mentira?

Mientras la primera respuesta es materia de los tribunales, la segunda se inclina a cuestionar el uso de este aparato en los procesos criminales, según el licenciado Osvaldo Burgos, presidente de la Comisión de Derechos Civiles del Colegio de Abogados, así como declaraciones sobre el uso del polígrafo de la Asociación Americana de Psicología (APA, por sus siglas en inglés).

Relacionadas

¿Qué es un polígrafo?

El polígrafo, que significa “muchos trazos”, es un instrumento científico que registra y monitorea cambios fisiológicos en una persona. Éste mide movimientos internos de la caja torácica, cambios y respuestas en la piel –sudoración–  y el pulso cardiaco. A nivel criminal, el uso del polígrafo es para determinar si un presunto sospechoso participó o no en una actividad ilícita, de la cual se le acusa, según una empresa que ofrece servicios de asesoría poligráfica, el Centro de Evaluación y Control de Confianza Empresarial.

En el sistema judicial de Puerto Rico, las pruebas de polígrafo no están contempladas como mecanismo de evidencia dentro de las Reglas de Evidencia, explicó Burgos. Un abogado, por ejemplo, podría presentar el resultado de ésta ante un tribunal, pero la otra parte cuestionará su uso. “Es bastante cuesta arriba”, indicó el letrado a Primera Hora.  

De otro lado, Burgos dijo que el uso del polígrafo ha “aumentado últimamente” en el ámbito administrativo, no así en los tribunales, donde “no es común”.

El letrado, por ejemplo, mencionó el caso reciente de seis policías que enfrentan una investigación administrativa sobre las ausencias en masa en abril pasado. El juez superior del caso, Ángel Pagán Ocasio, emitió en agosto una sentencia que valida la constitucionalidad del reglamento policiaco que utilizó el entonces superintendente de la Policía, Héctor Pesquera, para ordenarles a los oficiales las pruebas de polígrafo.

Otro caso relacionado con el “detector de mentiras” fue el de Marcia Vázquez Rijos y José Ferrer Sosa, acusados, junto a la hermana de la mujer, Áurea Vázquez, de ordenar el asesinato por encargo del esposo de esta última, Adam Joel Anhang. En este caso, Ferrer Sosa se negó a hacerse la prueba del polígrafo. También se usó el polígrafo contra Noemí Aponte, en el caso de la desaparición de sus dos hijos, tras serle arrebatados durante un secuestro, ya que la investigación se volcó en su contra.  

¿Detecta la mentira?

Según Burgos, un “aparato que mide pulsaciones y cambios de temperatura no es nada confiable porque pueden haber elementos que intervengan en el cambio de comportamiento de un cuerpo que no necesariamente tengan que ver con la verdad o la mentira”.  

“Hay una teoría de que cuando la persona miente las pulsaciones y la temperatura del cuerpo varían, pero también la temperatura y pulsaciones varían aún cuando no miente. Hay gente que reacciona de forma distinta a un procedimiento como lo es un interrogatorio, por ejemplo, una persona puede estar nerviosa ante el interrogatorio del abogado y no es porque está mintiendo”, añadió.

De otro lado, un artículo de la APA sostiene que la mayoría de los psicólogos están de acuerdo en que hay poca evidencia que demuestre que las pruebas del polígrafo pueden detectar con precisión la mentira, según se reporta en www.apa.org.

“El polígrafo es un mecanismo peligroso en término de dejar en manos de un aparato electrónico y de un técnico la determinación de si una persona miente o no,  para eso están los jueces, para que aquilaten prueba, escuchen, vean testimonio, el comportamiento de la persona en sala. Para eso el juez se supone que tenga un entrenamiento, para atribuir credibilidad o no a una persona, eso es lo que el juez determina, y dejárselo a una máquina o técnico es altamente cuestionable y peligroso”, sostuvo el presidente de la Comisión de Derechos Civiles del Colegio de Abogados.