Lejos del ojo público, hoy, martes, inició la selección del panel de ciudadanos que determinará si Neysha Enid Colón Bergollo es culpable o no culpable del asesinato de Nadiaangelí Velázquez Ramírez.

En la mañana, la jueza Vivian Durieux Rodríguez, del Tribunal de Bayamón, explicó brevemente a unos 50 potenciales jurados los derechos constitucionales que cobijan a la acusada y los principios básicos que rigen los procesos judiciales.

La secretaria de sala también les tomó un juramento preliminar y leyó las acusaciones que pesan contra Colón Bergollo, quien lució ropa rojo oscura y no el uniforme de sumariada.

Colón Bergollo enfrenta cargos de asesinato, secuestro, destrucción de prueba, conspiración y violación a la Ley de Armas realizados en concierto y común acuerdo con otras personas que nunca han sido identificadas, ni acusadas por el crimen.

Después de unas preguntas generales, inició el proceso largo de selección de jurado, que conlleva una entrevista individual a cada candidato a jurados.

En su mesa, los abogados Manuel Gómez Encarnación y Manuel Gómez Guerrero tomaron notas de las respuestas de los hombres y mujeres que llegaron a la sala 704, mientras que la mesa contigua los fiscales Jesús Soto Amadeo y Enrique Rivera Mendoza también hacían sus apuntes.

La magistrada tomó notas directamente en su computadora.

Todavía no se ha escogido la fecha del juicio en su fondo, pero el fiscal Rivera Mendoza indicó que el desfile de prueba podría iniciar a principios del próximo año.

El Ministerio Público cuenta con 22 testigos de cargo para probar su teoría de que la acusada es la autora intelectual del asesinato de la hija de la experiodista Ana Delma Ramírez Solís.

El cuerpo de Velázquez Ramírez, de 30 años, apareció sobre el pavimento en una carretera del Barrio Ortiz, de Toa Alta, la madrugada del 30 de julio de 2012. El cadáver estaba mutilado y quemado. También mostraba señales de tortura.

En la vista preliminar, el fiscal Soto Amadeo argumentó que la víctima fue asesinada para evitar que declarara en contra de sus compañeros de andanzas en un caso de fraude que implicaba a la acusada.

Dos testigos declararon que Velázquez Ramírez introducía drogas, armas y celulares a la cárcel para el grupo de Luis Raúl Lebrón Laureano, conocido como Macho. También formaba parte de una red que cambiaba cheques fraudulentos para el grupo.

La defensa, por su parte, atacó la motivación del crimen sentando a declarar a un fiscal que confirmó que la acusada declaró en contra de Macho en un proceso judicial previo a la muerte de la víctima.

En la etapa de juicio, los abogados defensores han anticipado que presentaran prueba de coartada que supuestamente demostrará que la acusada estaba en otro lugar distinto a la escena del brutal asesinato.

El cuerpo de Velázquez Ramírez, de 30 años, apareció sobre el pavimento en una carretera del barrio Ortiz, de Toa Alta, la madrugada del 30 de julio de 2012. El cadáver estaba mutilado y quemado. También mostraba señales de tortura.

Según las autoridades, la mujer fue secuestrada en el área de Santurce, vecindario donde vivía su mamá, y trasladada a Toa Alta.