Peñuelas. La toxicidad de las cenizas producto de la quema de carbón en la planta AES de Guayama quedó evidenciada en el 2010 por el profesor Osvaldo Rosario, quien tomó muestras de este material usado como relleno en la construcción de carreteras y viviendas en el sur del país.

Las pruebas realizadas por el investigador de química ambiental se llevaron a cabo en Parque Gabriela, en Salinas, un proyecto residencial para el que se usaron cenizas de la carbonera estadounidense la década pasada.

“Esos son terrenos inundables que se rellenaron con cenizas para poder construir ahí. Se subió cinco o seis pies con cenizas, y luego se levantaron una urbanización y parques para niños. Se hizo el muestreo y, aunque podíamos haber hecho los análisis en la universidad, decidimos enviarlos a un laboratorio imparcial en Estados Unidos”,  dijo el profesor de la Facultad de Ciencias Naturales  de la Universidad de Puerto Rico (UPR), recinto en Río Piedras.

Los resultados no le sorprendieron, sino que confirmaron lo que otros científicos ya habían documentado en Estados Unidos y otros países.

“Nos llegaron los resultados confirmando una composición de muchas sustancias peligrosas como mercurio, cromo, vanadio, arsénico, que son tóxicos y cancerígenos. También tenían isótopos radioactivos”, detalló el educador.

Dependiendo del lugar de origen del carbón, son los metales pesados que pueden contener las cenizas.

En general, se ha encontrado arsénico, plomo, mercurio, cromo, selenio, aluminio, antimonio, bario, berilio, cloro, cobalto, manganeso, molibdeno, níquel, talio, vanadio y zinc.

Posteriormente, la Universidad de Vanderbilt en Tennessee, también hizo pruebas con cenizas de AES.

“Ellos tomaron muestras de la misma planta y confirmaron los resultados que obtuvimos nosotros”, dijo Rosario.

Efectos en la salud

Uno de los elementos fundamentales en la discusión sobre el uso y disposición de cenizas de carbón es la correlación que existe entre su ubicación en determinado lugar y el tipo de enfermedades que presenta la población circundante.

Este año, estudiantes de bioestadística y epidemiología de la Escuela de Salud Pública del Recinto de Ciencias Médicas de la UPR publicaron un estudio de la prevalencia de diversas enfermedades en dos comunidades cercanas a la zona industrial de Guayama.

El estudio se hizo en Puente de Jobos y Miramar en Guayama, y en Santa Isidra y Rafael Bermúdez en Fajardo.

Los resultados indicaron que los vecinos de Guayama tienen 2.5 veces más la posibilidad de padecer asma en comparación con los residentes de Fajardo. 

Las posibilidades con sinusitis son 2.2 veces más, en bronquitis 3.2 veces más y en urticaria 7.6 veces más.

Además, el estudio reveló que la prevalencia de abortos espontáneos es seis veces más en Guayama que en Fajardo.

En Peñuelas, donde sus dos vertederos privados han recibido cenizas de la AES durante una década, el aire está contaminado.

El informe final del proyecto Pulmones Saludables ¡Ahora!, comisionado por la organización Desarrollo Integral del Sur (DISUR), establece que se encontraron niveles elevados de hierro y calcio en Tallaboa Encarnación y en el barrio Seboruco, que son indicativos de la presencia de polvo fugitivo.

Estas son las comunidades más cercanas al área de los vertederos donde se disponen las cenizas.

También se hallaron altos niveles de particulado y hollín de diésel en Tallaboa Encarnación, en Pueblito y en la Escuela Elemental Jorge Lucas Pérez Valdivieso. 

Las muestras de aire se tomaron entre enero y junio de este año.

Otros informes

En República Dominicana, el Instituto de Química de la Universidad Autónoma de Santo Domingo concluyó en el 2004 que las cenizas de la AES que se disponían en el poblado Arroyo Barril tenían  altos niveles de arsénico, berilio, vanadio y cadmio.

AES disponía de sus cenizas en Dominicana porque su contrato con la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) le impedía hacerlo en Puerto Rico.

En Arroyo Barril se documentaron lesiones pulmonares y cutáneas, defectos congénitos como falta de extremidades en recién nacidos y abortos. 

El gobierno demandó a la empresa y transaron por una suma millonaria. Luego individuos hicieron lo propio y también se acabó el pleito mediante un acuerdo económico.

Por otro lado, Avner Vengosh, de la Universidad de Duke en Durham, Carolina del Norte, hizo un estudio que reveló que las cenizas de carbón contienen altos niveles de radioactividad. 

El profesor  tomó muestras de Illinois, Apalaches y Montana, y determinó que los niveles de radioactividad eran hasta cinco veces mayor que en suelo normal, y hasta 10 veces mayor que el carbón del cual procedía.

Mientras, el estudio Air of Injustice, publicado en 2004, concluyó que las plantas generadoras de electricidad mediante la quema de carbón son la mayor fuente de tóxicos aéreos, incluyendo mercurio.