El Ministerio Público sentará mañana, viernes, a declarar a su último testigo de cargo en el juicio por jurado que se sigue contra el policía auxiliar Marcus Arroyo Marrero, acusado por la muerte de la joven Carla Michelle Avilés Rosado durante una intervención policiaca en Naranjito el 23 de junio de 2013.

Los fiscales Gustavo Vélez Acevedo y Enrique Rivera Mendoza informaron hoy, jueves, que terminarán su desfile de prueba con el testimonio del agente Héctor Reyes, mientras que el abogado Rafael Vázquez Cintrón solicitó a la jueza Vivian Durieux Rodríguez, del Tribunal de Bayamón, que citara a ocho testigos de defensa para el próximo lunes 20 de abril.

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Durante el cuarto día del proceso judicial, el jurado compuesto por 10 mujeres y dos hombres, escuchó el testimonio de Wilberto Rivera Espinet, el supervisor de los investigadores forenses del Instituto de Ciencias Forenses (ICF), que el 23 de junio recibió para análisis la guagua Toyota 4-Runner involucrada en el incidente que desembocó en la muerte de la mujer de 23 años.

También declaró el agente del Negociado de Investigaciones Especiales, Edwin Manuel Vázquez, quien el 10 de julio de 2013, dieciocho días después de la muerte de Carla Michelle, ayudó a recuperar un proyectil y un fragmento de blindaje en el centro comercial Naranjito Shopping Village, donde ocurrió la intervención policiaca con el conductor de la guagua porque varios de los pasajeros no llevaban el cinturón de seguridad.

La seróloga Peggy Deliz Cuevas, del ICF, ofreció detalles del informe que preparó sobre las piezas de evidencia evaluadas para determinar si había biofluídos que pudieran arrojar una identificación a través de ADN.

Deliz Cuevas apuntó que detectó sangre humana en un mahón que pertenecía al conductor de la guagua, Félix Marrero Zayas.

"En el corte (de tela) del pantalón encontramos que esta pieza tenía perfil genético de más de una persona. Había dos contribuyentes y uno de ellos era Carla Michelle Avilés Rosado. Ella era la mayor contribuyente del perfil genético", apuntó la perito a preguntas del fiscal Rivera Mendoza.

Señaló, además, que un aplicador que había levantado material genético de un proyectil presentaba un perfil genético que concordaba con el de la muestra de control, que pertenecía a la víctima.

Pero a preguntas del abogado defensor, reconoció que no analizó los aplicadores que se habían usado para levantar material genético en los tiradores de la guagua y reconoció que el Ministerio Público nunca le entregó, a pesar de que lo pidió, otras muestras de ADN para comparar con los perfiles genéticos que detectó pero que no pudo identificar en piezas de evidencia como aplicadores del guía de la guagua, tiradores de las puertas y aplicadores tomados de dos vasos que se encontraban en el vehículo.

Finalmente ocupó el banquillo de los testigos, Minnelly Hernández Huertas, examinadora de armas de fuego del ICF, quien declaró que examinó siete pistolas, entre ellas la Glock calibre 40 del acusado.

"Todas estaban en condiciones óptimas", apuntó.

Explicó que identificó un proyectil de bala disparados tipo "hollow point" o de punta hueca y un fragmento de blindaje que habían sido disparados por la pistola Glock de Arroyo Marrero.

En un turno breve, el abogado dirigió sus preguntas a establecer que la perito había identificado fragmentos de balas que pertenecían a la pistola del agente Omar Caldero.

Según la teoría del gobierno, Avilés Rosado falleció el 23 de junio de 2013, en el barrio Cedro Arriba de Naranjito, en medio de una intervención policiaca por una posible violación a Ley de Tránsito. Esa noche la Policía intervino con el conductor de una guagua Toyota 4Runner porque algunos de los pasajeros no llevaban cinturones de seguridad. 

Cuando un policía se acercó por el lado del pasajero a pedir la licencia del vehículo, se percató de que el conductor tenía un arma de fuego, tras lo cual, hubo varios disparos.

Uno de los proyectiles segó la vida de Carla Michelle, quien viajaba de pasajera en el vehículo. El Ministerio Público acusa a Arroyo Marrero, quien laboraba como policía auxiliar en Naranjito, de disparar ese balazo fatal.

La defensa, por su parte, postula que el acusado actuó en defensa propia y ha cuestionado a través de los contrainterrogatorios la decisión del Ministerio Público de acusar a una sola persona por la muerte de la joven cuando la evidencia sugiere que otros agentes dispararon durante la intervención.