A la verdad que está el listo que hace orilla. A la hora de robarse los chavos, hay gente que se las ingenia. Se merecen hasta un premio.

Estos truquitos que son utilizados para cometer estos delitos van desde lo más sencillo, hasta los más complicados. Y algunos son utilizados para robar hasta panties.

Uno de los trucos  más conocidos  para apropiarse de lo que no es suyo es el famoso “pillo de luz”.

“Ni la propia Autoridad sabe cuánto específicamente es el hurto de electricidad. Ellos en ocasiones mencionan que es de $200 millones; y en otras ocasiones hablan de $400 millones, pero la realidad es que la Autoridad tiene pérdidas técnicas y no técnicas como el hurto de electricidad. Esa partida va a energía producida sin contabilizar”, dijo a principio de este año el presidente de la Unión de Empleados Profesionales Independientes de la AEE, Evans Castro.

En 2012 se estimó en $750 millones la energía sin contabilizar, entre lo que estaba el hurto y los que no pagan.

La intervención más común que realizan los abonados que hurtan luz es directamente al contador con “resistores”  o algún otro dispositivo que altere el funcionamiento normal del medidor.

Al igual que este, existe el “pillo de agua”. Esto funciona también, con un aditamento para “confundir” al marcador de consumo del líquido.

En 2008 se estimó en 100,000 los abonados que recurrían a esta trampa.

Pero si  de robos inusuales se trata, los ladrones de este país sí que han botado la bola.

En los moteles

En septiembre, se reportaron unos hurtos extraños en moteles del sur de la Isla.

En Juana Díaz, dos individuos con armas de fuego llegaron a un motel y, tras subir por una escalera que da acceso a la oficina, anunciaron el asalto a dos empleados. Los maleantes -descritos de fisionomía delgada y con máscaras de Halloween- despojaron a los empleados de $475 en efectivo, producto del servicio del día, y de 25 cajetillas de cigarrillos.

Pero, unas semanas antes  delincuentes cargaron con $499 en efectivo de ese mismo motel, un teléfono celular y una cantidad sin estimar de condones, lubricantes y juguetes sexuales. ¡Eah rayos!

Lechón

Mientras, en mayo, delincuentes robaron  un camión refrigerado que contenía 10 paletas de pernil de cerdo, valorados en $18,000. ¡Hasta el lechón!

De ese mismo lugar en 2012, ladrones se apropiaron de 32 paletas de diferentes carnes y un montacargas del mismo lugar.

En aquella ocasión, forzaron la puerta corrediza del edificio logrando acceso al interior y se apropiaron de un montacargas, una rampa de aluminio y las 32 paletas de diferentes carnes pertenecientes a las compañías Isla Food y Waltkoch Limited. Las carnes robadas fueron valoradas en los $200,000.

Cervezas

En Mayagüez, para el mes de junio, uno de los robos de cerveza más grandes reportado en la Isla -sino el mayor- ocurrió  cuando los pillos cargaron con tres vagones repletos de aproximadamente 400,000 cervezas.

Panties

¿Quién puede olvidar al famoso “roba panties”?

En marzo de este año, un empleado de una ganadería, quien utilizaba presuntamente a un adolescente para robar ropa interior a su vecina, fue acusado  por el delito de escalamiento en hechos ocurridos supuestamente en junio pasado, en el barrio Guacio en San Sebastián.

El dúo llegó hasta la residencia de su vecina y el adulto, utilizando unas herramientas, forzó la puerta principal de la vivienda para lograr acceso al interior y ordenó al menor que se apropiara de la ropa íntima femenina.

Por cada pieza de pantis y sostenes, robados, el adulto le pagaba $5.00 al menor.

En total, se robaron 39 panties de tamaño mediano, 16 sostenes tamaño 38-C y una bata “baby doll”, según el informe de novedades.