Caguas- La familia de Ivonne Negrón Cintrón, la mujer asesinada y desmembrada en Gurabo, en un crimen que el año pasado estremeció al país, reclamó hoy, jueves, una reforma judicial “profunda” para mejorar el procesamiento de los casos de violencia de género y evitar que tanto las víctimas como sus seres queridos, sean revictimizados.

“Durante muchos meses nosotros como familia hemos sido revictimizados y maltratados en el proceso”, denunció llorosa y con voz quebrada, Leila Negrón Cintrón, luego que el juez superior Roberto Angleró, del Tribunal de Primera Instancia de Caguas, le impuso una sentencia de 84 años y tres meses de cárcel al asesino de su hermana, Juan Ramos Álamo.

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“Lo que ha pasado en sala ha sido para dañarnos una y otra vez. Un juez débil, sin carácter, un abogado sistemáticamente abusador y unos alguaciles y alguacilas que nos han maltratado al punto de dejarnos fuera en una de las vistas más importantes… Esto es lo que pasa con las víctimas todos los días y yo soy testigo porque llevo años trabajando con mujeres víctimas de violencia de género”, sostuvo Negrón Cintrón.

La mujer hizo un llamado al gobernador Alejandro García Padilla; al secretario de Justicia, César Miranda y a la Administración de los Tribunales “a que tomen en serio” una reforma en el procesamiento de estos casos.

Su madre, Carmen Cintrón, otros miembros de la familia, así como varias líderes del Movimiento Amplio de Mujeres y de otras organizaciones defensoras de los derechos de la mujer recibieron con lágrimas y con muestras de emotividad, la sentencia impuesta a Ramos Álamo.

“El juez arregló lo que jurado había dañado. Ya yo no tenía esperanzas, pero este asesino no va a poder salir de la cárcel. Aunque no me va a devolver a mi hija, no podrá matar a nadie más”, exclamó ahogada en llanto, Carmen Cintrón, madre de la difunta.

Ramos Álamo estaba acusado de asesinato en primer grado, pero el jurado que atendió el caso le rebajó el delito a asesinato en segundo grado, en un veredicto sorpresivo, el pasado 9 de septiembre. Esto ocurrió, pese a que el análisis forense demostró que la mujer de 36 años fue asesinada de 26 puñaladas, el 14 de noviembre de 2013. El propio acusado, cuando fue detenido por la Policía, confesó que desmembró poco a poco el cadáver y no fue hasta seis días después del crimen que las partes de la occisa fueron recuperadas en una quebrada y en la residencia del hombre, quien tenía colocadas en las paredes de la casa imágenes de la anatomía del cuerpo humano.

Hoy, antes de que el juez le dictara la condena, el convicto, de 49 años, se volteó y le pidió perdón a la familia de Ivonne.

“Les pido que me disculpen y me perdonen y al pueblo de Puerto Rico”, dijo Ramos Álamo. Poco después, cuando el juez le dictó la pena, no se inmutó.

“No lo perdonaré nunca, que pida perdón a Dios. Un tipo que hace eso es un asesino. Hoy fue la primera vez que nos miró a la cara. No merece el perdón de nadie”, sostuvo la madre de la occisa al salir del Centro Judicial de Caguas.

El juez le impuso a Ramos Álamo 62.5 años de cárcel por el delito de asesinato en segundo grado; tres años y nueve meses por el delito de destrucción de prueba y 18 años por dos infracciones a la Ley de Armas, por el uso de un cuchillo y una segueta para cometer el crimen.

El magistrado le dictó todas las penas máximas y en el cargo por el uso de la segueta, que el hombre utilizó para desmembrar a la víctima, dijo que no le impondría al convicto la pena doble porque ya la persona estaba muerta y no tenía personalidad jurídica.

“En un momento como este el juez usó palabras insensibles y en realidad fue como un resumen de las inequidades en el proceso, donde él estuvo sentado como efigie, como si nada estuviera pasando”, dijo la abogada feminista Josefina Pantoja.

“Él despersonalizó a Ivonne y no tuvo la sensibilidad frente a la familia de usar esas palabras ofensivas”, indicó, por su parte, Mirna Torres Vida, de la Pastoral de Mujeres de Justicia y Género.

Mientras, la portavoz de Matria, la licenciada Amarilys Pagán, dijo que la sentencia “es casi como una perpetua”.

Asimismo, Migdalia Cintrón, tía materna de la víctima, sostuvo que Ramos Álamo “no va a ver la luz del sol en la calle”.

El fiscal, Francisco González, insistió en que era un caso de asesinato en primer grado, pero dijo “que con todos los años que tiene que cumplir, el convicto no va a salir”.

González explicó que el convicto tiene que cumplir primero los 18 años “naturales” de la Ley de Armas y para cualificar para la Junta de Libertad Bajo Palabra, tiene que extinguir después, la mitad, más un día, del resto de la sentencia.

El abogado defensor, Luis Piñero Santini, quien criticó a los medios de comunicación por la cobertura del caso, no logró que el juez acogiera una solicitud de atenuantes. “Esto ha sido un juicio que fue plasmado más o menos por la opinión pública”, opinó el abogado.