Juana Díaz. “No sé por qué lo hicieron, nuestras únicas armas son las biblias”.

Con estas palabras el pastor de la Iglesia Pentecostal M. I. del barrio Aguilita, Eliú Echevarría Barrios, describió los momentos de angustia que vivió junto a varios feligreses mientras se dirigían a un estudio bíblico en su iglesia y cuya guagua fue atacada a tiros por desconocidos que alcanzaron herir a una niña de 11 años que les acompañaba.

La menor resultó con una herida en un glúteo que le perforó varios órganos del sistema digestivo.

Echevarría Barrios narró que iba como pasajero junto al chofer Fernando Matías, dos adultos y la niña sentada en la segunda fila de la guagua. Mencionó que al sentir el “aguacero” de balas, vio que el conductor se inclinó hacia un lado y pensó que estaba herido. Igualmente, Matías le comentó que pudo observar a orillas de la carretera un four track, de donde presumen se hicieron los disparos.

Al percatarse de la herida de la niña, el pastor le pidió al chofer que no se detuviera, primero para que no les siguieran disparando y segundo para llevarla de inmediato al hospital.

El pastor recordó que, minutos antes, sus dos nietas querían ir con él a la iglesia y no las dejó acompañarlo, y que otros feligreses que acostumbran ir los martes tampoco lo hicieron. “Si la guagua hubiese estado más llena, la historia tal vez sería otra”, dijo.

Por su parte, el chofer de la guagua, un veterano de la Guerra de Vietnam, jamás imaginó que lo atacarían. “La guagua está rotulada y esa ruta la tomamos varias veces a la semana”, dijo al referirse a que son conocidos en el área.

Manifestó estar vivo de milagro porque una bala entró por el lado de su puerta, pero chocó con un pote de aceite que tenía guardado.

Niña se recupera satisfactoriamente

El director de la sala de emergencias del hospital San Cristóbal de Ponce, Waldemar Rodríguez Rodríguez, explicó que la menor se encuentra estable dentro de su condición.

Indicó que fue intervenida quirúrgicamente y que permanece recuperándose en la unidad de cuidado intensivo. Se supo que la bala causó graves laceraciones en el intestino delgado y colon, y los médicos le practicaron una colostomía, la que tendrá por varios meses mientras sanan sus órganos internos.