Por primera vez desde que inició el proceso criminal en su contra, Aida de los Santos Pineda sonrío brevemente al despedirse esta mañana de sus abogados Lucille Borges Capó y Aarón Fernández.

Ese breve momento ocurrió después que se enteró que la fiscal Elba Acevedo no acudirá en alzada por el cargo de destrucción de evidencia que pesaba en su contra y que no prosperó en la vista preliminar.

A lo largo del proceso judicial, De los Santos Pineda ha mantenido un rostro serio y apenas ha realizado gestos que delaten alguna emoción.

La mujer, de 57 años, arribó a la sala 1105 del Tribunal de San Juan a las 9:53 a.m. para la vista de lectura de acusación. Esposada de manos y pies, se sentó en el área destinada para los confinados. Con el rabo del ojo, recorrió el amplio salón, que esta mañana estaba atestado de público, periodistas, abogados y policías. Luego, se acomodó en la silla hasta que la secretaria de sala llamó su caso.

Hoy, en sala, no había familiares de la víctima, ni representantes de la comunidad dominicana ofreciendo apoyo a De los Santos Pineda como en audiencias pasadas.

Contra la mujer, pesa un cargo de asesinato y otro de violación a la la Ley de Armas por supuestamente asesinar a Georgina Ortiz Ortiz, esposa del exjuez del Tribunal Supremo Carlos Irizarry Yunqué, en concierto y común acuerdo con otra persona, que el ministerio público no ha identificado al momento.

El silencio suele reinar en la sala de la jueza Eloína Torres Cancel, conocida por su carácter fuerte, pero esta mañana el cuchicheo y las voces de las personas que se encontraban en el pasillo entorpecían el proceso de seguir los casos y apenas permitieron escuchar una confusa explicación que De los Santos Pineda ofreció a la magistrada en torno a uno de los varios nombres por los cuales se le conoce y que aparentemente aparecen en los dos pliegos de acusación.

La pregunta de la jueza surgió ante un planteamiento de la fiscal Elba Acevedo, quien representa al ministerio público en este caso, y una aclaración de la licenciada Borges Capó sobre los apodos de su clienta.

En un tono que apenas se escuchaba en el primer banco de la sala, De los Santos Pineda explicó que en el 1993 vivía en la isla de Saint Thomas y que al regresar a la República Dominicana intentó conseguir un documento de oficial. Que en ese momento un abogado le indicó que su hija de nombre Carmen Maritza Estrella Aquiles había muerto y que eventualmente utilizó este nombre para casarse.

Como parte de la explicación, indicó que su apodo desde niña es Carmen. Durante la vista preliminar en la cual la jueza Elizabeth Linares Santiago encontró causa para juicio contra la empleada doméstica, varios testigos declararon que la conocían por el nombre de Carmen Pineda.

La breve vista de hoy inició con un argumento de la licenciada Borges Capó planteando que la fiscal Acevedo había modificado las acusaciones para eliminar la palabra planificación, que aparecía en las denuncias orginales del caso.

La fiscal ofreció una explicación, que no se escuchó en sala. Poco después, las partes se acercaron al estrado y, concluído el intercambio, la jueza informó para récord que la denuncia no se había alterado y que aceptaba una enmienda para que el texto de la acusación fuera el mismo de la denuncia original.

Borges Capó sometió una alegación de no culpabilidad para ambos cargos, pero informará por moción si su clienta pedirá que el caso se vea por jurado.

Fernández, por su parte, informó de la moción informativa que sometió la fiscal Acevedo indicando que no irá en una vista preliminar en alzada por el cargo de destrucción de evidencia, que no prosperó en el proceso que presidió la jueza Linares Santiago.

Así las cosas, el juicio contra De los Santos Pineda debe comenzar el 7 de diciembre.

A su salida de sala, la licenciada Borges Capó insistió en que el ministerio público eliminó la palabra planificación del pliego acusatorio del cargo de asesinato porque no cuenta con la evidencia para probar esta acción.

“(En la vista preliminar) se alegaba en la denuncia que nuestra representada había planificado darle muerte a doña Georgina en unión a otra persona. La defensa argumentó en ese momento que para decir que una persona planfinicó tú tienes que saber quién es esa persona con la que planficó y qué acto realizó, porque la planificación telepáticamente no se configura ni se puede realizar. Tampoco puede realizarse con una persona que se desconoce”, afirmó Borges Capó.

La licenciada también recordó que inicialmente el ministerio público identificó a De los Santos Pineda como testigo y no como coautora del crimen y que la colocó en el albergue de testigos.

“Se habló que mi clienta estaba como testigo y que ella hizo unas manifestaciones. Eso se dilucidará en el jucio, pero nunca se dijo si estas declaraciones eran incriminatorias, que la involucraban con el delito”, apuntó la abogada.

Además, adelantó que ponderan presentar testigos de la defensa.

Sobre los nombres o aliases que se imputan a su representada, explicó que su clienta siempre ha sostenido que su apodo es Carmen y que su nombre es Aida de los Santos Pineda.

La fiscal Acevedo, por su parte, abandonó el lugar sin ser vista por los periodistas.