La Fiscalía Federal reiteró mediante moción que el delito de carjacking sí es un crimen violento, contrario a lo que planteó la defensa de Carlos "Cano Lloréns" Cruz Rivera cuando solicitó la desestimación de tres cargos en su contra relacionados a portar un arma durante la comisión de un crimen.

"Carjacking es un crimen violento", afirmó el ministerio público.

El hombre al que también se le imputan una serie de violaciones a mujeres en la zona de Santurce enfrenta otros tres cargos por carjacking a nivel federal y el juicio en su contra está pautado para el 13 de octubre.

La fiscal Jenifer Yois Hernández emitió una moción en la que solicita al juez federal José A. Fusté a denegar la petición del abogado Héctor Ramos Vega, de la Oficina del Defensor Público federal, quien opinó que dichos delitos "fallan en calificar como crimen de violencia (el carjacking) y deben de ser desestimados".

Hernández calificó "sin mérito" la petición y recordó que el robo de un auto a mano armada establece que es "quien intente causar muerte o daño corporal serio al tomar un vehículo de motor de una persona por medio de la fuerza y violencia o por intimidación". 

Destacó que el caso que cita el abogado es estatal y fue para fines de sentencia, por lo que entiende que no debe ser considerado, y citó varios casos en los que sí se estipula que es un crimen violento.

En la moción radicada la semana pasada, el abogado solicitó que se paute una vista de cambio de alegación de culpabilidad por los cargos de carjacking, pero pidió la desestimación de los tres cargos por portar un arma de fuego durante la comisión de dichos delitos. De no ser así, adelantó que su representado "insistirá en su derecho a ir a juicio" en relación a dichos cargos.

El 15 de septiembre pasado, un gran jurado federal emitió un pliego acusatorio enmendado contra Cruz Rivera al agregar cargos por un tercer carjacking que se alega cometió entre el 18 y 19 de julio pasado, en el que robó un automóvil Honda Fit del 2009 a una mujer y por portar un arma durante la comisión del delito de violencia. 

No se ofrecieron más detalles sobre ese incidente.

Originalmente, enfrentaba dos cargos de carjacking por hechos reportados el 30 de junio y el 11 de julio pasado, dos cargos por portar arma mientras cometía los actos y un cargo por poseer un arma, siendo un convicto con historial criminal.

De ser encontrado culpable, el hombre, señalado también como sospechoso de cometer al menos cuatro violaciones entre San Juan y Carolina, se expone a una pena máxima de 25 años de cárcel por el carjacking, y de cinco años hasta cadena perpetua por los cargos relacionados con el uso de armas. Por poseer un arma siendo convicto, se enfrenta a no más de 10 años de prisión, según las leyes federales.

Cruz Rivera fue arrestado por las autoridades estatales el 21 de julio, y al día siguiente el Negociado de Investigaciones Federales (FBI) asumió su custodia. Desde entonces permanece en el Centro de Detención Metropolitano (MDC, por sus siglas en inglés), en Guaynabo, porque antes de la presentación de los nuevos cargos en su contra fue detenido por violar las condiciones de la libertad supervisada. 

El primer carjacking por el que se le acusó ocurrió el 30 de junio pasado, a eso de las 9:30 p.m., cuando se alega que asaltó a una mujer que llegaba a su casa en Santurce y la llevó a un cajero automático en Isla Verde para despojarla de dinero. A raíz de esos hechos, la Policía obtuvo un vídeo de las cámaras de seguridad del cajero y eventualmente fue identificado y arrestado.

El otro carjacking que se le imputa ocurrió el 11 de julio a las 11:00 p.m. en Santurce. En este caso, las autoridades indicaron que una mujer, identificada como víctima #2, se detuvo en una gasolinera en la esquina de las calles San Jorge y Loíza, donde Cruz Rivera se le acercó y le anunció que se trataba de un asalto, y le apuntó con una pistola negra. Le indicó que quitara los seguros del carro y se montó en el asiento del pasajero. Fue entonces que le instruyó a guiar hasta el mismo banco en Isla Verde al que fue con la víctima #1, según la acusación.

Cuando los policías estatales arrestaron a Cruz Rivera, ocuparon una pistola Glock 22 calibre .40 y tres cargadores en el apartamento donde vivía en el residencial Luis Lloréns Torres.

Ambas víctimas lo identificaron positivamente en una rueda de confrontación en el Cuartel General de la Policía.

En el foro estatal, se espera por pruebas forenses para poder someterle cargos por las violaciones, según se indicó.

Cruz Rivera tiene convicciones previas por delitos graves y menos graves a nivel estatal, como escalamiento, robo y fuga, que se remontan al año 1993.

El juez federal José A. Fusté citó para mañana, martes, la vista de cambio de alegación de culpabilidad.