Josué Carrión Carrero, conocido en el ámbito artístico como Mr. Cash, renunció a su derecho de no autoincriminarse y se convirtió en testigo de la defensa en el juicio en su contra por intentar portar un arma cargada en un vuelo comercial.

En un acto poco usual, el acusado se sentó en el banquillo de los testigos ante la jueza presidenta del Tribunal Federal, Aida M. Delgado Colón, y ante los siete hombres y cinco mujeres que componen el panel del jurado que evalúa la prueba.

Después de que el fiscal federal Max Pérez Bouret presentara los cuatro testigos en su caso, le tocó el turno a los abogados Juan Matos de Juan, Mariela Maestre y Edgar Sánchez Mercado sentar sus testigos, y comenzaron con su propio representado.

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El acusado detalló a preguntas de Maestre que es productor ejecutivo y animador del programa de televisión "El Tiempo es Oro" hace año y medio. Además, dijo que es dueño de las casas de empeño Oro Centro y Cyber Cafés, que tiene 15 (locales) en total.

De la operación en sus casas de empeño, Carrión Carrero expresó que recibe el oro de las tiendas y lo lleva a Estados Unidos a una refinería, por lo que viaja de dos a tres veces al mes. Estimó que ha viajado como 80 veces en los últimos dos años.

Con la ayuda de un intérprete que le traducía las preguntas de inglés a español y las respuestas de español al inglés, Carrión Carrero narró que el 27 de mayo pasado estaba con su madre y un compañero de trabajo empacando el oro en bolsas plásticas y en una maleta "carry on". Indicó que fue para el aeropuerto esa tarde. No obstante, explicó que perdió el vuelo porque llegó tarde.

Ante esa situación, testificó que consiguió un boleto en espera o "stand by" para el próximo día, a las 7:15 a.m. Sostuvo que su meta era ir a Nueva York para llegar a la refinería y después seguir para San Diego, California, a tomarse unos días libres.

Fue entonces cuando le pidió a su "pana de confianza, en ese momento, mi mano derecha", una persona que identificó como Yomar, que se quedara a dormir en su casa para que lo llevara temprano al aeropuerto al día siguiente.

Carrión Carrero declaró que mientras esperaba por su amigo, tomó su tableta y fue al baño. "Oriné sentado en el inodoro y entré al Internet", dijo, sonriéndose ante el jurado. Esto provocó la objeción del fiscal por considerar irrelevante el señalamiento.

Al continuar su testimonio, dijo que al día siguiente, se levantó "como un loco", a las 6:18 a.m., y le tocó a la puerta a Yomar en la habitación donde dormía. Aseguró que en poco tiempo ambos salieron en ruta al aeropuerto internacional Luis Muñoz Marín, a donde llegó como a las 6:30 a.m.

Indicó que había empacado su cartera, maleta y bulto la noche antes, cuando le dijo a Yomar que le ayudara a recoger las cosas que había sacado de su bolso de hombro.

La licenciada Maestre le mostró un vídeo de cuando (el acusado) llegó al aeropuerto, donde no tuvo que hacer fila en la línea de cotejo inicial porque tiene identificación “Global Entry”, que se le concede a viajeros frecuentes que no representan peligro y son preevaluados.

Se estableció en sala que al llegar a la correa de Rayos X, Carrión Carrero colocó su equipaje de mano.

Su abogada le preguntó si en ese momento tenía conocimiento de que llevaba un arma de fuego consigo, y el acusado contestó: "Ninguno. Si no, jamás y nunca, la hubiese llevado".

El testimonio de Carrión Carrero fue interrumpido hasta mañana, miércoles, para verificar en detalle el contenido del vídeo de las cámaras de seguridad en el aeropuerto, que comenzó a presentarse como parte de la prueba de la Fiscalía.

Previo a sus declaraciones, la Fiscalía presentó los testimonios de dos oficiales de la Agencia de Seguridad en el Transporte (TSA) quienes observaron la imagen del arma que llevaba Carrión Carrero en su bulto de mano, así como de un agente del Negociado Federal de Investigaciones (FBI) que lo detuvo en pleno avión, antes de partir y lo entrevistó. También se presentó el testimonio del sargento de la Policía de Puerto Rico que intervino con Carrión Carrero en 2012, durante un incidente similar con la misma arma de fuego.

El primero en declarar fue el oficial de TSA, Samuel Santiago, quien observó el arma cargada con siete balas en la imagen de la máquina de Rayos X. Confesó que pensó que era una prueba que a veces hacen para ver si están alertas los agentes, pero cuando presionó el botón de prueba, la imagen no se borró, por lo que llamó a su supervisora, Gina Quiñones.

Dijo que mientras tanto, Carrión Carrero le preguntaba una y otra vez si había algún problema, y le decía que iba a perder su avión. El oficial le preguntó si tenía algo que declarar, pero el pasajero le dijo que no. Al oficial preguntarle si tenía un arma en su equipaje de mano: "(El acusado) Se llevó la mano a la frente y dijo: 'Perdí mi vuelo otra vez'". Agregó que le manifestó que otra persona empacó sus cosas.

A preguntas del licenciado Matos de Juan, del agente Santiago dijo que Carrión Carrero no se veía "sinceramente sorprendido" cuando se le dijo que tenía un arma en su equipaje.

Santiago manifestó que luego escuchó a Carrión Carrero decirle a otro oficial del TSA que se le olvidó que tenía el arma. "Me sorprendió que cambiara de versión tan rápido", sostuvo el testigo al explicar que el otro oficial le dijo: ‘“Chico, ¿qué pasó aquí?”’, y el hoy acusado le contestó: ‘“Se me olvidó”’.

A preguntas de Matos de Juan, el oficial Santiago admitió que había visto a Carrión Carrero anteriormente porque es "viajero frecuente" y le preguntó por unas monedas, dado a que en otra ocasión, encontraron que llevaba muchas pesetas en bolsas plásticas. Cuando se le preguntó entonces si pretendía derretirlas para obtener la plata, dijo que "él me sonrió". El fiscal, por su parte, preguntó si sabía si eso era ilegal, y la defensa objetó.

Quiñones, supervisora en TSA de Santiago ese día, por su parte, declaró que observó la imagen del arma y precisó que llevaron a Carrión Carrero a un cuarto privado para examinar su equipaje junto con un agente de la Policía de Puerto Rico.

La testigo dijo que el arma tenía cañón negro y el resto era como de camuflaje. Explicó que en el bolso el acusado llevaba cargador del celular, su billetera y monedas. Destacó que el arma no estaba escondida, pero "para mi, es el mismo proceso (de seguridad)".

Mientras, el agente del FBI a cargo de la pesquisa declaró que llegó el 28 de mayo pasado por la tarde al aeropuerto. Indicó que entró al avión del vuelo 401 de Delta e identificó que Carrión Carrero estaba en el asiento 10A. Ahí mismo lo esposó y se lo llevó para interrogarlo.

Indicó que en la entrevista Carrión Carrero le dijo que llevaba $200,000 en prendas y piezas de oro en su maleta, producto del negocio en sus casas de empeño. Respondió también que llevaba $1,400 y "múltiples tarjetas de crédito". Además, le manifestó que tenía siete armas de fuego en total. Contestó que tres de éstas estaban en Oro Centro en Bayamón, pero no se habló de las demás, dijo el agente del FBI.

El propio Carrión Carrero incluso le dijo al agente del FBI que tuvo un caso "similar" en 2012.

Al verificar el arma, se supo que era el artículo más pesado dentro del bolso, ya que cargada pesaba dos libras, sostuvo el testigo.

El sargento Carlos Báez, por su parte, destacó que el 14 de agosto de 2012, intervino con Carrión Carrero por llevar la misma arma previamente mencionada en su equipaje de mano, la cual fue detectada en la máquina de Rayos X. En ese momento, le dio la opción de dejarla en el cuartel guardada en lo que regresaba de su vuelo, y le orientó de las implicaciones legales del acto, dijo el testigo.

El juicio continúa mañana, miércoles.