Pleneros, payasos, familias completas, políticos y funcionarios gubernamentales marcharon este martes por las calles del residencial Manuel A. Pérez, en San Juan, para reclamar el fin de la práctica de hacer disparos al aire durante las festividades navideñas.

El variopinto grupo se unió en una sola voz en la actividad denominada "Por la dignidad y la vida, ni una bala perdida" para pedir a la ciudadanía que detenga esa conducta para evitar desgracias que empañen las fiestas.

“Esto ha sido una cosa extraordinaria. Yo decía que, a veces, las piedras que te ponen en el camino son para construir, no destruir. Hay gente que tira piedras y se olvida que con las piedras se hacen hospitales, escuelas, carreteras... y eso es lo que hemos hecho, construir”, expresó jubiloso el líder comunitario de Manuel A. Pérez, Roberto Pérez Santoni, mejor conocido como Papo Christian, en medio de la actividad que congregó también personas de otros residenciales.

El organizador de la actividad, que este año alcanzó su décimo aniversario, no podía ocultar la alegría que le causaba ver a toda su comunidad unida y a políticos de diversas ideologías compartir juntos en la caminata.

“Esto yo lo hago para servir. Yo tengo un compromiso con la vida porque yo quiero que mi vida tenga un propósito”, expuso el hombre que entiende que este año, al igual que en la pasada celebración, tampoco habrá muertes por las llamadas balas perdidas.

Según datos provistos por la Policía, durante la despedida del año 2012, sólo se reportaron tres heridos. El año anterior, también hubo tres heridos y una víctima fatal, la joven Karla Michelle Negrón, de 15 años y residente en Santurce, quien falleció a mediados de enero del 2012. En 2010, hubo dos heridos y un muerto, Javier Cancel Flores, de 14 años y vecino de Bayamón. En 2009, no se reportaron víctimas fatales, pero sí tres heridos.

Entre las personalidades que se dieron cita a la actividad, estaba el gobernador Alejandro García Padilla, quien llegó acompañado de su esposa, Wilma Pastrana. El primer ejecutivo expuso que la marcha era parte de un esfuerzo para orientar a las personas sobre los peligros de las balas al aire.

“Vamos a continuar trabajando desde el lado de la orientación, desde el lado de buscar la solidaridad del país como con esta marcha tan exitosa, que es una marcha de la comunidad, como con leyes que se atemperen a la realidad de este país”, dijo el primer ejecutivo, quien el lunes firmó enmiendas a Ley de Armas que agravan las penas por este tipo de conducta.

En su primera participación en un evento multitudinario, el designado superintendente de la Policía, James Tuller Cintrón, coincidió con García Padilla en que era importante involucrar a la ciudadanía en iniciativas para combatir el crimen.

“Esta es una actividad muy importante, la cantidad de personas que están aquí me alegra. Esto es importante para el país. La campaña es muy buena. Necesitamos más personas que participen en algo como esto”, apuntó Tuller Cintrón.

Por su parte, la secretaria de la Familia, Idalia Colón Rondón, destacó la importancia de apoyar esfuerzos como los que hace la comunidad de Manuel A. Pérez. “Nosotros estamos apoyando este esfuerzo titánico de un líder como Papo Christian que, desde hace muchos años, ha llevado un mensaje claro y nos ha convocado a todos para unirnos en una sola voz: No más disparos al aire. Nosotros no queremos que ninguna Navidad se empañe con la pérdida y el sufrimiento de una familia. En la medida en la que sufre una familia, sufre el país”, señaló.

El secretario de Educación, Rafael Román, resaltó el hecho de que muchos de los afectados por balas perdidas son estudiantes del sistema de educación pública. “Estamos en apoyo a una causa justa, a un tema que debe unir a todos los puertorriqueños que es -precisamente- la preservación de la vida. Las balas al aire tienen nombre y apellido. Son estudiantes nuestros, menores de edad, jóvenes puertorriqueños y es una causa que nos debe unir”, esbozó.

Reabrirá caso

En medio de los mensajes ofrecidos luego de la marcha, García Padilla informó que reabriría el caso de Héctor M. Alejandro Núñez, conocido como Bebote, un joven de 15 años que falleció a consecuencia de una bala perdida la madrugada del 1 de enero de 1999. El lamentable suceso ocurrió en el residencial Manuel A. Pérez.

Al momento del anuncio, estaban presentes varios familiares de Alejandro Núñez, quienes portaban una enorme foto del jovencito y un cartelón con mensajes en contra de los disparos al aire.

“Desde el primer día de la muerte, se sabía quién era el culpable, pero nunca se pudo hacer nada por el miedo”, dijo Jessica Alejandro Núñez, hermana mayor de la víctima, sobre las razones que llevaron a la madre de ambos, Elizabeth Núñez, a pedirle al gobernador que reabriera la investigación durante una reunión el lunes.

La familia entiende que ahora sería diferente. “Sería espectacular que se resolviera este caso y tantos otros”, comentó Jessica.

La actividad cerró cerca del mediodía con un espectáculo artístico a cargo de vecinos del complejo de viviendas.