Lo que en un principio fue un rumor quedó confirmado ayer con el anuncio del superintendente de la Policía de que será él quien continúe a la cabeza de la Uniformada.

En una breve entrevista con Primera Hora, Héctor Pesquera admitió que el recién electo gobernador Alejandro García Padilla le pidió que se quedara al mando del cuerpo policial.

“Sí, así es”, confirmó Pesquera en un tono que delató la incomodidad por haberse filtrado una información que todavía no se haría pública.

Hace unas dos semanas varios medios noticiosos le preguntaron al superintendente si había recibido acercamientos para quedarse en el puesto, pero optó por “no entrar en ese tipo de detalles”.

Una respuesta tan ambigua, por supuesto, alimentó las conjeturas de que estaba sembrado en una Policía que acaba de ser demandada por el Departamento de Justicia federal.

¿Le sorprendió que García Padilla le pidiera que se quedara?

No. Siempre supe que era una posibilidad.

¿Intervino alguien a favor suyo?

¿Intervenir para qué? Mi trabajo está ahí y el gobernador no es ciego.

Pero en el informe de su nombramiento García Padilla dijo que usted no tenía conocimiento del quehacer de la Policía.

Eso fue cuando llegué. Ya todo el mundo sabe quién soy yo.

Hay quienes especulan que el nombramiento es para disimular porque, de todas maneras, Pesquera tendría que quedarse en su puesto hasta marzo próximo, que es cuando vence el contrato/acuerdo entre el Gobierno de Puerto Rico y el de Miami-Dade. Al preguntársele sobre eso, el ex agente federal terminó la comunicación.

La reacción de varios agentes de la Policía que no quisieron identificarse fue mixta. Unos aseguraron que Pesquera ha hecho en poco tiempo más de lo que han hecho otros superintendentes en todo un cuatrienio y otros afirmaron que ha sido el peor.

“Podrán decir muchas cosas sobre el súper, pero el tipo brega”, señaló un uniformado del cuartel de la calle Loíza.

¿A qué se refiere con que brega?

Pues, que gestionó el pago de las horas por enfermedad.

Un compañero del cuartel, sin embargo, dijo que todavía espera que le paguen las de él.

¿No les hubiera gustado una cara nueva?

¿Nuevas cómo? ¿Como la de Figueroa Sancha y “Millo”?

Bueno, sonaba José Caldero.

“Total, al final, todos son iguales”, dijo un resignado policía en bicicleta.

Si, como rumoran, el nombramiento es de embuste, entonces entenderán que esta historia “periodística” también fue un cuento producto de la ficción del Día de los Inocentes. Si al final la realidad se parece al cuento, entonces es, como dice el cliché, pura casualidad.

¡Feliz Día de los Inocentes a los que leen hasta el final!