Un joven viequense que cumplía cinco años de probatoria a nivel estatal por agredir sexualmente a una menor de 14 años en 2012, se declaró culpable a nivel federal por transportar en enero pasado a otra joven de la misma edad a su hogar para sostener actos sexuales ilícitos.

Joshua Ayala Carmona, de 22 años, llegó a un acuerdo con la fiscalía federal para que se le desestimara un cargo por producción de pornografía infantil y hacer alegación de culpabilidad por el delito de transportar a una menor de edad con la intención de sostener relaciones sexuales.

Su abogada Yasmín Irizarry, de la Oficina del Defensor Público federal, y la fiscal Julia Meconiates acordaron hacer una recomendación de sentencia de entre 10 y 12 años de prisión. De ir a juicio y ser encontrado culpable, Ayala Carmona se exponía a una pena de entre 10 años y cadena perpetua.

En la mañana de hoy, martes, el acusado llegó esposado y con mameluco de preso a la sala del magistrado federal Marcos E. López, quien le advirtió la pena máxima a la que se exponía por el delito cometido y le recalcó que el día de la lectura de sentencia, deberá registrarse en el Registro de Ofensores Sexuales.

López le aclaró que aunque las guías de sentencia federal lo colocan en un nivel con una pena mínima de siete años de cumplimiento, el cargo por el que se declaraba culpable establece una sentencia mínima de 10 años, por lo que no podrá ser sentenciado a menos de ese tiempo.

La fiscal resumió los hechos ocurridos el 8 de enero pasado, cuando Ayala Carmona se comunicó por mensajes de texto sexualmente explícitos con la perjudicada y pautaron verse al otro día. Planificaron que la menor llegaría a un lugar cerca de la residencia del hoy convicto para que éste la buscara y llevarla a su casa, dado a que no podía ir lejos por estar bajo supervisión electrónica.

Cuando el magistrado le preguntó si admitía que lo expresado era lo que ocurrió, el joven contestó que sí. Al cuestionarle si en efecto era culpable por estos hechos, Ayala Carmona respondió que sí.

Ayala Carmona fue detenido el 10 de enero pasado por agentes de la Oficina de Seguridad Interna del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE-HSI).

Según la denuncia, Ayala Carmona conocía a la menor de 14 años porque fue su vecina en Vieques y se comunicaba con ella vía mensajes de texto, pidiéndole fotos de sus partes íntimas. La adolescente, accedió y se las envió a través de la aplicación para teléfonos móviles qik. Además le pedía que borrara los mensajes para que su madre no los viera, según indicaron las autoridades.

La investigación reveló que Ayala Carmona le decía a la menor que quería ser el primer hombre en su vida y le hizo proposiciones sexuales. Hasta que el 8 de enero, el convicto se comunicó de noche con la menor y le dijo que quería verla. Coordinaron encontrarse a eso de la medianoche en un lugar cercano a su residencia, ya que por estar con grillete electrónico, no podía ir a buscarla a su casa.

El joven la recogió en un vehículo color verde de cuatro puertas y la llevó a su casa, donde le dijo que se escondiera en el carro hasta que verificara que su madre estaba durmiendo. Volvió al auto a buscarla y la llevó a su habitación, y allí la agredió sexualmente.

Las autoridades indicaron que Ayala Carmona confesó los hechos y dijo estar conciente que la menor estaba en octavo grado. Admitió además que le dijo a la menor que no dijera nada a nadie porque podrían revocarle la probatoria de cinco años que cumple a nivel estatal por un caso similar, por lo que tiene prohibido incluso hablar con menores de edad.

El 29 de octubre de 2012, Ayala Carmona fue sentenciado a cinco años de probatoria con grillete por seis cargos de agresión agravada, caso que se vio en el Tribunal de Primera Instancia de Fajardo.

El 7 de agosto de 2012, el joven se declaró culpable tras llegar a un acuerdo con la fiscalía para reclasificar los cargos de violación técnica y maltrato de menores que pesaban en su contra por hechos ocurridos el 26 de febrero del mismo año, cuando agredió sexualmente a una joven de 14 años en la playa Almendros, en Vieques.

Cuando fue sentenciado, se le advirtió que no podía tener contacto con menores de edad y que debía residir con su padre, José Luis Ayala, permanecer en la residencia 24 horas con grillete, y que se establecería un horario para que saliera a estudiar y trabajar solamente.

Cuando hizo alegación de culpabilidad, la jueza María Inés Cartagena Colón le advirtió que de ser encontrado culpable por los delitos originales, se exponía a una pena de 20 años. Además, le recalcó que de volver a cometer actos similares, se exponía a una sentencia de 50 años de cárcel.