Las autoridades tienen previsto imputarle faltas graves a dos hermanos adolescentes considerados sospechosos de atacar a tiros a varios policías durante una persecución ocurrida el pasado 16 de septiembre en Caimito.

Estos menores, según supo este medio, son investigados por varios asesinatos recientes que las autoridades vinculan a una guerra entre pandillas de Guaynabo y San Juan.

Fuentes ligadas a la pesquisa adelantaron que mañana, miércoles, se presentarían faltas por tentativa de asesinato e infracciones a la Ley de Armas contra ambos adolescentes, vecinos de la urbanización Summit Hills, en San Juan.

Uno de los menores, el de 15 años, fue aprehendido el 16 de septiembre, pero su hermano, de 16, conocido como "Satanás", sigue fugitivo y, de no ser intervenido entre hoy y mañana temprano, sería imputado de faltas graves en ausencia. Los padres de los adolescentes están citados a comparecer mañana la Sala de Investigaciones de San Juan por la procuradora Vanessa Méndez.

Los dos sospechosos no son identificados por sus nombres por tratarse de menores de edad.

La Policía informó que la noche del 16 de septiembre los agentes Edgardo Centeno Llopiz, Freddy Muriel y el sargento Carlos Salduondo les dieron el alto a los menores, quienes viajaban en una guagua Nissan Rogue de 2015, que figura robada desde el 23 de mayo en Bayamón. Personal de Arrestos Especiales del Departamento de Corrección había detectado la guagua en que viajaban y alertaron a la Policía.

La tablilla de esa guagua también figuraba robada ese mismo día. La intervención con los menores ocurrió en el camino Las Cruces, sector Paracochero, en Caimito.

El menor de 15 años fue aprehendido luego de perder el control del vehículo, que terminó volcado. En el choque, el menor sufrió heridas leves. El pasajero, su hermano de 16 años, huyó y supuestamente portaba arma de fuego.

Antes de alejarse, presuntamente usó el arma para abrir fuego contra los agentes.

Trascendió también que los policías repelieron el ataque con sus armas de reglamento.

En la guagua volcada se ocupó una pistola Glock calibre 9 milímetros, cargada con 19 municiones, así como un cargador adicional con 25 municiones. El detenido, mientras, también tenía otra arma Glock calibre 45, cargada con seis municiones y otro cargador adicional con 6 municiones, según la Policía. Igualmente se ocuparon máscaras, guantes, un aerosol que sirve como limpiador.

Las balas y las armas serán comparadas con casquillos ocupados en una serie de escenas de asesinatos como un crimen ocurrido detrás del centro comercial Santa María (20 de agosto), otro del 26 de agosto, frente a una funeraria en la urbanización Santiago Iglesias y por la masacre de La Rosaleda (24 de agosto). Estos tres crímenes son relacionados, según la Policía y, de hecho, los jóvenes frecuentaban La Rosaleda ya que allí vive un tío.

También se les investiga como posibles participantes del asesinato del agente Miguel Pérez Ríos, ocurrido el 7 de septiembre en una gasolinera ubicada en el Camino Alejandrino. Las armas ocupadas también serán comparadas con casquillos encontrados en esa escena.

De hecho, la intervención en Caimito ocurrió muy cerca de la residencia de otro individuo investigado por la muerte del policía, un hombre conocido por el apoyo de Joito.

La pareja de hermanos adolescentes, según la Policía, son sospechosos de múltiples robos, carjacking y se le presentaron faltas al menor de 15 años por herir de arma blanca a un agente de la División de Violencia Doméstica de San Juan, en hechos ocurridos el 9 de julio en la calle Santa Fe, de Puerto Nuevo.

Luego de que el menor de 15 años fuera acusado por esta agresión, al ser colocado en una guagua del Departamento de Corrección en el Tribunal de Bayamón junto a otros dos menores, aprovecharon que tenían las manos sueltas y golpearon con una puerta a uno de los oficiales de custodia, logrando escapar. Así el adolescente de 15 se convirtió en fugitivo y contra su hermano de 16, quien no compareció a la rueda de confrontación por el caso de la agresión contra el agente, se emitió una orden de aprehensión.