“Si te dicen asalto, ¿qué tu vas  a hacer?”

Con esta frase, John Villafañe Roure justificó ayer  haber sacado su arma de fuego ilegal y adulterada durante la madrugada del lunes en el interior de un negocio de Bayamón, abriendo fuego indiscriminadamente contra un grupo de jóvenes que parrandeaban frente al establecimiento, que estaba cerrado.

Según su versión, Villafañe Roure sacó el arma y se le “zafaron tiros”. Pero la explicación no le sirvió de mucho, al menos ayer,  cuando la jueza María Luz Rodríguez Cruz encontró causa para su arresto por tres violaciones a la Ley de Armas, tres cargos de tentativa de asesinato, un cargo por tener un arma con la serie mutilada y otro cargo por estar adulterada para que funcione automática. La fianza global es de $700,000.

Dos de los tres afectados consideran que el incidente no pasó de ser un “accidente”, aunque ambos estuvieron a un pelo de perder su vida; Orlando Torres Rivera recibió un disparo que le rozó el cuello y a Jennifer Vázquez Cruz  dos balazos le causaron laceraciones en  la cabeza.

El incidente ocurrió frente al negocio Joshua’s Café, en la avenida Santa Juanita, en Bayamón. Eran las 2:00 a.m. del domingo.

“Estábamos dando una parranda. Empezamos a tocar y no sabía de dónde venían los disparos. Caí al suelo y me llevaron a un carro”, contó Vázquez Cruz, de 28 años. Según dijo la joven, ella es cliente asidua del negocio e incluso conoce a Villafañe Roure, con quien ha jugado billar.

 “Fue un accidente. Eso no fue para nosotros. Es un accidente y no le guardo rencor”, dijo la mujer, quien atendió a este medio junto a Torres Rivera en la Sala de Investigaciones del Tribunal de Bayamón.

“De repente, escuchamos unos disparos y sentí un calentón en el cuello”, dijo por su parte Torres Rivera, de 24 años. “Es un accidente”.

Villafañe Roure alegó que escuchó la palabra “¡asalto!”, lo que le hizo recordar cómo en el 2003 le apuntaron con una pistola en la cara en medio de un robo y le hicieron dos disparos: uno lo alcanzó en la rodilla y otro en un riñón.

 “Dijeron ‘asalto’ y a mí me asaltaron en el 2003. Dijeron ‘asalto’, fui a sacar (el arma) y se disparó”, dijo el hombre, quien no quiso contestar cómo adquirió la pistola. “Eso no tiene que ver con el caso”, respondió cortante.

Tampoco dijo que estaba ebrio al momento de los hechos, que es un dato que ha divulgado la Policía.

El hombre se encontraba casi dormido en la barra del negocio, que estaba cerrado cuando el grupo de unos 12 parranderos llegó al lugar. El grupo se quedó afuera y luego fue tiroteado.

 Vázquez Cruz dijo que estuvieron unos 15 minutos tocando, pero Torres Rivera alegó que fueron unos 40 minutos. Ambos coinciden en que al momento de la lluvia de balas nadie gritó “¡asalto!”, como alega el ahora acusado, quien se acercó esta tarde a ambos para pedirles disculpas.

“Él dijo que no estaba en él hacer eso. Estaba triste”, dijo Vázquez Cruz.

Un tercer herido, Gilberto Cotto Zayas, fue dado de alta, pero no se presentó al tribunal hoy. Sus heridas también fueron laceraciones en la cabeza.

 Intentaron ayudarlo

Otro testigo de los hechos, Samuel Carrasquillo Pastrana, padre del propietario del negocio, coincidió con los dos afectados al indicar que Villafañe Roure no abrió fuego al escuchar repentinamente la llegada de la parranda.

 “Unos jóvenes llegaron a cantar música de Navidad. Y, de momento, este hombre empezó a disparar”, relató Carrasquillo Pastrana. “Ellos estuvieron cantando como unos 20 minutos. Después que pasaron los hechos… se oyó la ráfaga de balas”.

“Puede ser por la bebida… Estaba un poco picado”, comentó Carrasquillo Pastrana al intentar encontrar una causa para el ataque indiscriminado. “Si me hubiera percatado de que tenía el arma, no lo dejo en el negocio, obviamente, pues es el negocio de mi hijo y su mamá lo ayuda. Estamos todos juntos”, agregó.

 Aunque conoce a Villafañe Roure hace una década, Carrasquillo Pastrana aseguró que no sabía nada de su arma de fuego. Explicó que después de cerrar decidieron dejar dentro del negocio a Villafañe Roure –un cliente habitual que conoce hace cerca de 10 años–, porque se percataron de que no estaba en condiciones para conducir.

“El hombre estaba un poco ebrio y lo dejé en el negocio porque no quería que se fuera manejando así… porque el negocio tiene que cerrar a las 12:00 de la noche”, sostuvo. “Como yo lo vi tan ebrio, dije: ‘Déjenlo ahí tranquilo’ porque a nosotros nos toma como dos horas cerrar el negocio, después de cerrado”, continuó.

Antes de que llegaran las autoridades, los dueños del local  intentaron preguntarle al sujeto por qué había disparado, pero no recibieron respuesta.

“Estaba muy borracho. Él no habló. Él no podía hablar ni casi podía caminar ni nada. No trató de huir. La Policía lo arrestó y se lo llevó así, tranquilo”, precisó Carrasquillo Pastrana.

“No es una persona violenta”

Villafañe Roure está incapacitado a raíz de las lesiones sufridas en el asalto del 2003 y por un problema en los discos. Trabajó 15 años en el Departamento de la Familia como oficinista, dijo su hermana, Anette Villafañe.

“Mi hermano no tiene mente criminal. Le gritaron ‘asalto’ y hace varios años fue víctima de un asalto”, dijo la mujer. “No es una persona violenta”, insistió.

A pesar de sus declaraciones, la mujer estaba resignada a que el Estado procesará a su hermano, quien no tiene récord delictivo.

 “No sé qué va a pasar con este caso”, manifestó.

El caso fue trabajado por el agente Alfredo Fresse, de Homicidios  de Bayamón.