Lo ocurrido el pasado lunes en la escuela Superior Emilio R. Delgado de Corozal, donde dos estudiantes agredieron severamente a otro del programa de Educación Especial, levanta la preocupación de si esta agresión responde a un patrón de acoso escolar,  si el plantel  cumple con los protocolos establecidos por el Departamento de Educación (DE), o si como sucede en muchas escuelas, no se le da la debida importancia, lo que permite que la violencia escale a niveles mayores.

En este caso, los presuntos agresores golpearon a su víctima con paneles de pbc y con sus puños, en el cuello y la espalda baja. El joven se encuentra recluido en un hospital.

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Lo curioso del caso es que, hasta ahora, “no hay testigos” y nadie “sabe nada”.

“Hay un silencio inmenso. Una vez el menor me haga las alegaciones, el caso va a correr y  radicaremos”, indicó la agente de la Policía de Corozal, Natalie Guadalupe, a cargo de investigar  todo lo que tiene que ver con querellas en las escuelas.

La mujer policía expresó que es muy común que no se informen los incidentes de acoso escolar.

“Me llegan situaciones de padres preocupados porque en la escuela no hay ningún tipo de reacción. Cuando busco la carta del Memorando sobre Acoso Escolar del Departamento de Educación, me doy cuenta que no siguen el protocolo”, dijo.

“Se supone que cuando un estudiante manifiesta que es víctima de bullying, se lo dice al maestro, a cualquier miembro de la  facultad, de forma  escrita o verbal”, mencionó.

En ese documento se señala, que también, el maestro que entienda que un estudiante está siendo víctima de acoso, porque el maestro también se puede dar cuenta, se tiene que seguir un protocolo en el que el trabajador social de la escuela entrevista a las partes.

La agente Guadalupe señaló que en el caso de esta escuela de Corozal, el director es muy profesional y responsable y que entrevistó a los estudiantes y se reunió con los padres.

“Es una escuela inmensa y difícil. Son 996 estudiantes y todos adolescentes. El director es sumamente profesional. En las escuelas siempre hay querellas de todo”, puntualizó.

Niveles intermedios y superior: las agresiones más severas

El problema de acoso o bullying en las escuelas públicas y privadas es tan antiguo y generalizado que tal vez muchos, incluidos maestros, padres o directores escolares, les restan importancia, a pesar de que el abuso continuo contra la víctima provoca daños emocionales, a veces tan profundos que pudieran optar por “soluciones” tan drásticas como el suicidio como una forma de liberarse del terror y las humillaciones.

De acuerdo con las estadísticas del DE, la mayor incidencia de acosamiento escolar ocurre en los grados primarios.

Aunque los casos disminuyen en los niveles intermedios y superiores, es en esos grados donde ocurren las agresiones más severas, convirtiéndose los bullies en una verdadera amenaza para los estudiantes y los maestros.

Una crítica constante que se hace a directores de escuelas, públicas y privadas, es que impiden que los incidentes de violencia física o verbal trasciendan, por lo que los padres a veces no se enteran de que sus hijos e hijas son víctimas de bravucones hasta que se ha infligido el daño.