Fueron muchas las personas que sacaron con mucha prisa sus teléfonos celulares durante la escena violenta en la que un hombre se desangraba el sábado en la noche, en el centro comercial Plaza Las Américas en Hato Rey.

Sin embargo, lamentablemente no fue para llamar al Sistema de Emergencias 9-1-1, ni a la Policía, sinopara documentar la agresión y publicarla en sus redes sociales. 

Por el contrario, Enrique Vázquez Vargas, de 21 años, fue la excepción.

El estudiante de enfermería se acercó para socorrer a la víctima de la golpiza sin aparente sentido, cuando el hombre fue arrastrado por las escaleras eléctricas en un incidente que todavía se investiga.

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Vázquez Vargas lamentó la actitud de indolencia de la gente y la falta de preparación de las autoridades porque, según le expresó a Primera Hora, fallaron en el protocolo para atender la situación. 

El también atleta relató que cuando estaba junto a un amigo en una de las tiendas del primer nivel del centro comercial escuchó gritos y vio gente corriendo por los pasillos. 

De inmediato, ellos también se apresuraron a llegar hasta las escaleras eléctricas. 

“Cuando miramos para las escaleras, vemos a la persona que estaba acostada, bajando, llena de sangre, sin poder hablar ni nada, estaba junto a otra persona (un hombre) que estaba aguantándole la cabeza como para que no se diera con las escaleras. Al final de la escalera, que es en el primer piso, esta persona lo dejó solo allí, en el piso, y se desapareció”, narró Vázquez Vargas todavía sorprendido. 

Enrique Vázquez Vargas, quien socorrió al herido, quiso contar su versión para que en una próxima ocasión, las autoridades sean más efectivas. (Suministrada)
Enrique Vázquez Vargas, quien socorrió al herido, quiso contar su versión para que en una próxima ocasión, las autoridades sean más efectivas. (Suministrada)

En ese momento observó a las personas a su alrededor y nadie hizo algo para socorrerlo, solo estaban tomando fotos y vídeos.

“Nadie hizo nada”, por lo que se acercó al herido para acompañarlo mientras llegaba la ayuda médica.

Al menos por cinco minutos luego del incidente, relató, estuvieron esperando por alguna figura de autoridad para atender al herido, quien posteriormente fue identificado por la Policía como Michael Guzmán Román, de 52 años.

“Cuando llego a donde él, le digo: ‘¿qué te pasó?’, y estaba desorientado, podía hablar, pero no sabía. Me preguntó: ‘¿qué me está pasando?’. Ahí yo le digo: ‘papi, estás bien, me voy a quedar contigo aquí hasta que llegue alguna persona que te pueda ayudar mejor’, porque yo no tenía guantes ni nada”, siguió relatando el estudiante de la Universidad del Este en Carolina. 

Al primer guardia de seguridad que llegó a la escena Vázquez Vargas le pidió asistencia, ya que a pesar de que Guzmán Román sangraba profusamente quería pararse y podía desmayarse. 

Ahí el estudiante de enfermería se percató que no contaban con el equipo de primeros auxilios, ni con lo necesario para un caso de la gravedad que presentaba el paciente; solo tenían guantes y varias gasas. 

“Cogí gasas se las di a la persona y le dije: ‘hazte presión, sube la cabeza para evitar que sigas botando sangre’, y era tanta la sangre que yo le quitaba las gasas y le daba nuevas y le buscaba más y no podía ni aguantar la sangre”, expresó Vázquez Vargas. 

Minutos después llegaron varios guardias de seguridad, a quienes les pidió que llamaran una ambulancia. 

Los agentes de la seguridad del centro comercial le indicaron que ya estaba de camino. 

El tiempo pasaba y Guzmán Román vomitaba sangre y las gasas no eran suficientes. 

Al llegar los paramédicos, el estudiante notó que no lo amarraron a la camilla para evitar que perdiera el control, y solo se limitaron a preguntar qué había sucedido.

Vázquez Vargas les insistió que lo llevaran pronto a un hospital porque se desangraba. 

A pesar de que al joven le queda un semestre para graduarse como enfermero, pasó la prueba de fuego con este caso que le impactó su vida. 

Ante lo expuesto por Vázquez Vargas, la directora de Relaciones Públicas de las Empresas Fonalledas, Lorraine Vissepó, aseguró que el herido fue asistido de inmediato por los paramédicos del centro comercial y que la ambulancia no tardó más de 15 minutos. 

Al cierre de esta edición, Guzmán Román continuaba hospitalizado en el Centro Médico de Río Piedras con fracturas en el rostro, en varias costillas y una vértebra. 

Además, recibía asistencia de un ventilador.

En curso la pesquisa

Según la versión de los hechos, Guzmán Román subía por las escaleras eléctricas junto a su hija, de 15 años, y al llegar al segundo piso el sospechoso, identificado como Javier Rivera Rodríguez, la tocó por un hombro y le increpó si su papá la estaba molestando. 

La adolescente le respondió que no, que él era su padre. 

No hubo discusión y, presuntamente, Rivera Rodríguez comenzó a lanzar puños contra Guzmán Román. 

Mientras lo agredía en el borde de las escaleras, la víctima cayó y el agresor siguió pateándolo. 

Los peritos de la División de Servicios Técnicos de San Juan no pudieron fotografiar la escena porque la plantilla de mantenimiento del centro comercial limpió el área.

La Policía corroboró que Rivera Rodríguez, de Toa Alta, tiene antecedentes penales por agresión.