Luego de unas tres horas y media de deliberación, un jurado halló culpable a la maestra de inglés acusada de seducir a un estudiante y llevarlo a un motel para sostener relaciones sexuales.

Yaira Tanies Cotto Flores, de 28 años, enfrenta ahora una sentencia mínima de 10 años de prisión hasta un máximo de cadena perpetua, y a permanecer el resto de su vida bajo libertad supervisada una vez extinga su sentencia de cárcel y a una multa de $250,000.

Su defensor, el abogado Luis Rivera, indicó que apelaría el fallo.

De acuerdo con las instrucciones que había emitido en horas de la mañana el juez federal Daniel Domínguez, el jurado (conformado por nueve hombres y tres mujeres) debía evaluar si en efecto la fiscalía había probado la imputación de que la maestra había transportado a sabiendas a un menor de edad, en este caso de 14 años, a través de un estado o territorio de los Estados Unidos, con la intención de cometer actos sexuales por los cuales una persona puede ser acusada de delitos criminales.

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“Ustedes deben tener en cuenta si se probaron estos elementos más allá de toda duda razonable: que (la acusada) transportó a un menor de 14 años a consciencia; que la persona que transportaba tenía menos de 18 años; que la persona transportada iba a cometer un acto sexual que por el que se puede acusar a alguien criminalmente”, explicó el juez Domínguez al jurado.

Además, el juez aclaró que “ante la ley, todos los menores de edad se consideran incapaces de consentir a actos sexuales”.

Luego de unas tres horas y media de deliberación, el jurado retornó y dijo que tenían un veredicto unánime de culpabilidad.

Aunque por un instante al entrar el jurado en sala pareció dar la impresión que se quebraría, la maestra se recuperó y mantuvo la compostura, incluso después que se anunciara que el jurado la había encontrado culpable. De hecho, se viró hacia el banco detrás de ella, para consolar a su hermana que había comenzado a llorar.

Su esposo, que también estaba en sala, se mostró conmovido luego del veredicto. La ahora culpable le tomó y le besó la mano y le dio una caricia en el rostro, como si intentara transmitirle seguridad.

Tras conocerse el veredicto, el abogado Rivera solicitó al tribunal que se permitiera permanecer bajo fianza a su representada hasta la lectura de sentencia, argumentando que la misma es madre de dos niños pequeños que dependen de ella, que sus recursos son limitados y que no representaba un peligro de fuga. Agregó que durante el proceso judicial había cumplido con todos los requisitos que se le habían impuesto. La fiscalía, por su parte, objetó el pedido y reclamó que fuera encarcelada de inmediato.

El juez cuestionó la alegación de falta de recursos, mencionando que había podido contratar los servicios del abogado, y el presunto poco riesgo de fuga, puesto que se enfrenta a una sentencia de por lo menos 10 años de prisión. Sin embargo, favoreció la solicitud de la defensa, pero le impuso un estricto régimen de arresto domiciliario, así como supervisión con un grillete electrónico, y tratamiento sicológico. Dijo que no podría salir de su casa para nada, excepto a citas para recibir tratamiento sicológico. Agregó que incluso para ir a la iglesia tendría que avisar de antemano para disponer cuándo podría hacerlo. Incluyó además la prohibición de acceso a teléfono e Internet.

El abogado Rivera mencionó que la sección de mujeres del Centro de Detención Metropolitano de Guaynabo está llena, lo que supone pudo haber sido uno de los elementos que tuvo en cuenta el juez para acceder a que la acusada permaneciera bajo arresto domiciliario.

La vista de sentencia fue pautada para el 27 de agosto.

En sus palabras finales el juez Domínguez calificó el caso como uno “muy extraño”.

“Es un caso de evidencia abrumadora, tomando acciones para llevar a cabo la consumación de un fuerte deseo, que empezó a planearse desde noviembre de 2015, con acciones que iban en aumento, hasta el 1 de marzo de 2016”, indicó el juez. “Es algo extraño, que no puedo conectar. Sus padres se ven buenas personas y han estado cuidando de ella. Así que no entiendo qué pasó”, añadió.

A su salida de sala, ni la maestra ni su familia emitieron comentarios. Su abogo, no obstante, afirmó que apelarían el caso.

“Obviamente el jurado ha hablado. No estamos de acuerdo, pero respetamos la decisión. Estamos muy agradecidos del juez Domínguez por la oportunidad que dio a la acusada de permanecer en libertad. Así que vamos a preparar nuestros documentos y otra serie de procedimientos. Vamos a apelar. Con mucho respeto al veredicto, al jurado y al tribunal, pero nos vemos obligados a respetar los derechos de ella y a apelar”, señaló Rivera.

El abogado dijo que levantarían “una serie de ‘issues’ jurisdiccionales y de suficiencia de la prueba”. Agregó que tienen 14 días para radicarlos por escrito.