Rosita Marrero

El jurado que entiende en el caso de pena de muerte contra Lashaun Casey solicitó una copia de la transcripción de la declaración de la agente investigadora Diana Marrero, quien entrevistó al acusado en dos ocasiones: una el 1 de agosto 2005, el día de su arresto en el Cuartel General de la Policía, y otra el 2 de agosto, en la oficina del Negociado Federal de Investigaciones (FBI) en Ceiba.

La jueza federal Aida Delgado ordenó la lectura de la transcripción en sala mientras los jurados escuchaban con extrema atención.

La agente declaró sobre varios ángulos sensitivos con respecto a los cargos que pesan contra Casey, como es el que “Casey no sabía que Lizardi Espada era un agente”. Otro, que Casey nunca le dijo que “lo mató ni que le disparó”.

En ese contrainterrogatorio, el abogado John Connors estableció que la agente pasó 35 minutos con Casey en el cuartel, y este nunca le dijo que mató a Jesús.

¿Y en esos 35 minutos, él no le dijo que disparó?

“No”, contestó la agente.

¿Ni le dijo de ningún plan para matar a Jesús?

No.

En la entrevista que la agente hizo en Ceiba, le preguntó sobre la localización del agente encubierto porque querían ayudarlo si estaba herido. Dijo que estaba presente un agente del FBI.

¿Él no sabía que era un agente encubierto?

No... hasta ese momento.

En torno al agente del FBI, Connors llevó a la investigadora a aceptar que no fue hasta que se le dijo a Casey que tenía evidencia en su contra que este dijo que no quería hablar con nadie.

¿Le proveyeron un abogado?

No.

¿En cierto punto, en Ceiba, él empezó a llorar?

No, lo vi compungido, como ausente.

Connors la confrontó con una declaración que hizo la agente el 24 de octubre ante la jueza Delgado, en la que aceptó que Casey estaba lloroso.

El jurado comenzó a deliberar ayer, cerca de la 1:30 de la tarde, y a las 6:00 de la tarde pidió la declaración. Tras la lectura, solicitaron retirarse hasta hoy, a las 9:00 de la mañana.

En su argumento final, el fiscal Scott Anderson le solicitó un veredicto de culpa al jurado, al sostener que probó su caso más allá de duda razonable y que Casey cometió los delitos que se le imputan: posesión de un arma para cometer un crimen violento y el robo de un auto oficial, que terminó en la muerte de Lizardi.

“Este caso se probó en nueve días”, dijo.

En tanto, la abogada Joanni Plaza señaló que la investigación del Gobierno es una “deficiente, realizada en nueve días”.

Dijo que, para encontrar a Casey culpable, tienen que estar convencidos de que el acusado utilizó la fuerza y la violencia para ocasionar la muerte del agente.

“Si no se convencen más allá de duda razonable, tienen que exonerarlo”, acotó.