Vega Alta. El futuro de Ashley Marie Torres Feliciano, de 20 años, es bien angustiante. Para ella, es como una pesadilla de la que no puede despertar: está sentenciada a nada más y nada menos que 111 años de prisión por supuestamente asesinar a su hermano.

Empezó a cumplir esa condena cuando apenas tenía 16 primaveras.

Y quizás usted es de los que piensen que algo habrá hecho ella para que la echaran en un calabozo y botaran la llave.

Sin embargo, su historia está llena de viejas rencillas, actuaciones por impulso y mucho maltrato en una rara secuencia de eventos que no tiene mucho sentido.

Relacionadas

Según un jurado, Torres Feliciano es culpable de asesinato en primer grado y violación a la Ley de Armas, aunque ninguno de los testigos en su contra dijo haber visto que fuera ella quien hubiese acuchillado a su propio hermano.

Los hechos se remontan al 21 de febrero de 2009. Era sábado y se celebraba en un centro comunal de Peñuelas el cumpleaños de un sobrinito de Ashley.

La joven, que a su corta edad ya era madre de una beba de dos años, naturalmente quería ir a la celebración, pero su pareja, Steven Quirindongo, quien la sometía a un patrón de maltrato verbal y físico, no quería dejarla ir.

La chica insistió y lo convenció. Un familiar los fue a buscar. Pero en un momento dado, a las afueras del centro comunal, Ashley comienza a discutir con Steven y este le dio “una galleta”. Saltan los insultos y las recriminaciones y entonces Steven se le vuelve a acercar para esta vez darle a su compañera un puño en la cara, que la hizo caer al piso.

Su hermano Nelson Torres Figueroa se enfrasca en una discusión con Steven y toda la familia sale del centro comunal, mientras que su otro hermano Ramón Carlos va a buscar un palo. Entonces todo pasa muy rápido. Reina la confusión.

“Yo estoy entre la espada y la pared porque está mi hermano, está el revolú, más él (Steven), es el papá de mi nena, es mi pareja y yo le estoy diciendo que, por favor, que no y a todas está mi hermano Nelson... va a donde él y le dice que cuál era el abuso que tenía y se enredan a pelear porque Steven empezó a faltarle el respeto”, contó Ashley en una entrevista en la Cárcel de Mujeres de Vega Alta.

“Mi mamá empezó a insultarlo y en el revolú mi hermano (Ramón) iba con el palo y yo empecé a llorar... Había niños, también estaba toda mi familia, mi nena, cuando viene Elvin, mi cuñado, el esposo de mi hermana por parte de madre, saca a mi hermano (Nelson) y estaba lleno de sangre. Steven sale corriendo, todo el mundo salió gritando y yo le digo a él que por qué él hizo eso y también me dijo que no me le pegara porque si no, también me iba a dar las puñaladas”, dice y parece estremecerse al recordarlo.

Nelson murió al día siguiente en el hospital.

El lunes sus hermanos y su madre empiezan a recriminarle. Le preguntan por Steven, quien desaparece. Ashley asegura que no tenía idea de dónde estaba el hombre.

Y toda la ira se volcó sobre ella, narró la hoy convicta. Su propia familia dijo que habían visto que ella le pasó el cuchillo con el que Steven apuñaló a Nelson. De hecho, de siete declaraciones juradas recopiladas y en poder de Primera Hora, seis personas lo afirmaron. Cinco de ellos también dijeron haber visto que ella le dio con un bate o un tubo por la espalda a Nelson. Pero hay algunas contradicciones en los testimonios y el caso se cayó en la vista preliminar. Sin embargo, la fiscal Limari Cobián fue en alzada.

¿Tú tenías el cuchillo?

No, yo no tenía nada.

¿Alguien tomó video?

No, todo fue bien de repente... (y en el juicio) no hubo evidencia, ni de cuchillo, ni del palo de picota que se había mencionado, ni de ningún tipo, solamente los testigos. Los vecinos, la gente que me conocen saben que él me daba, él me maltrataba y yo nunca iba a hacer eso (matar a mi hermano).

Precisamente, Nelson antes de morir señaló a Steven como la persona que lo atacó. Y los siete testigos también aseguraron lo mismo: Steven apuñaló a Nelson, y eso nunca se puso en duda.

Ashley contó que el abogado que la representó no le creyó su versión y no hizo suficiente para ayudarla.

Dos años después, la Policía localizó a Steven en Arizona, donde tenía una identidad falsa. Al momento del asesinato, Steven estaba en probatoria por un caso de drogas, cuyas condiciones, obviamente, incumplió.

El individuo también fue llevado a juicio, pero –a diferencia de Ashley– solo fue sentenciado a 11 años de cárcel por asesinato atenuado.

“Ellos (mi familia) saben muy bien que yo soy inocente. En su conciencia, ellos lo saben... Mi llamado es que el tribunal vea que aquí se hizo una injusticia... que me den la oportunidad de reabrir el caso y que puedan ellos ver en qué fallaron y en qué los testigos fallaron”, expresó.

¿Nueva evaluación?

Julio Fontanet, decano de la Escuela de Derecho de la Universidad Interamericana, entiende que Ashley Torres Feliciano puede lograr que se reabra su caso. “Hay que entrevistar a los testigos del juicio y, si van a rectificar, es nueva evidencia y se plantea la posibilidad  de nuevo juicio. Pero  hay que entrevistar a los testigos previos y a Steven… y que él exprese cuál, si alguna, fue la participación de Ashley en los sucesos. Él no estaba disponible como testigo al momento del juicio de Ashley, así que su testimonio podría claramente ser prueba nueva. Ya de entrada la discrepancia entre las sentencias, el de 11 años y ella de 111 años, levanta una bandera. Como parte del Proyecto Inocencia de la Facultad de Derecho de la Inter, vamos a investigar y si es meritorio, vamos a presentar la moción solicitando el nuevo juicio”.