“El maligno se mete en la cosas del Señor, por eso tenemos que seguir en oración”. 

El juez José Banuchi, del Tribunal de Bayamón, determinó causa para arresto contra José A. Santiago Santos, de 54 años, conocido cariñosamente como el Padre Chelo, señalándole una fianza de $50,000, que prestó.

El cura quedó en libertad bajo supervisión electrónica. 

Sin embargo, el domingo fueron los diáconos de la iglesia los que oficiaron las dos misas en agenda. 

Ambos pidieron oración por el padre porque estaba “atravesando por una situación delicada”. 

Algunas de las personas que asistieron a la misa expresaron a Primera Hora que pensaron que estaba hospitalizado. 

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No obstante, otros creyeron que estaba atendiendo una situación de emergencia con alguna persona en necesidad porque, según indicaron, el sacerdote estaba muy compenetrado con los problemas de su comunidad. 

Muy preocupados  

Al conocer la espantosa noticia, a la mayoría de los feligreses entrevistados por este diario se les observó llorosos y conmovidos y se pronunciaron preocupados por el futuro del religioso. 

Doña Laura Vega Montes, de 85 años, quien está emparentada con el sacerdote por parte de su bisabuelo y es una de las fundadoras de la iglesia, entre lágrimas narró que la noticia la tomó por sorpresa y entiende que fuerzas malignas pudieron haber influenciado tal situación.  

“A mí me tomó por sorpresa, yo digo que es el demonio, el demonio, porque él es una persona especial”, exclamó compungida. 

Con su rosario colgado al cuello, expresó que ha llorado desde que se enteró que algo le había sucedido temiendo por su salud, ya que en el púlpito nadie le quiso revelar el oscuro secreto. 

“Yo creía que le había pasado algo. Es más, que yo le pregunto a uno de los muchachos, ‘¿dónde lo tienen?’ porque yo creía que estaba en el hospital, pero él me dice: ‘no te puedo decir porque no quieren’”, comentó con la voz entrecortada Doña Laura.

La octogenaria se preguntaba también cómo debía sentirse la progenitora del cura y dijo que podría tener un recuerdo vago de quién podría ser el querellante. 

En la farmacia de la comunidad, otros feligreses, entre ellas la cajera Grisel Velasco, indicaron que las acusaciones contra el clérigo son puras calumnias. 

“¡Jamás!, el Padre Chelo es un excelente ser humano, bien cristiano…Eso es mentira él está muy unido a la comunidad, ha hecho una obra muy buena, bien comprometido con la comunidad”, comentó alarmada Velasco. 

En la fila para pagar estaba David Marrero, quien intervino para dar fe también de la integridad del religioso por la obra comunitaria que ha encabezado. 

“Para mí eso es mentira. Él hizo una obra muy buena. Está bien comprometido con la comunidad. Ha atraído feligreses de otras urbanizaciones. Hay gente que se presta para eso (hacerle daño)”, declaró Marrero.

Ese grupo de entrevistados, sin embargo, no mostró empatía hacia el presunto perjudicado, quien es un hombre de 31 años, pero con una edad mental de un niño, quien declaró a los investigadores que se sentía intimidado por la figura del presunto agresor. 

La presunta víctima identificó al sacerdote en una rueda de confrontación mediante voz. 

Una residente del lugar quien se identificó solamente como la señora Fernández describió al sacerdote como una persona alegre y bien comunicativa con los feligreses, pero, aunque dijo estar asombrada, opinó que ese tipo de conducta no es la que esperan de un religioso. 

Al mismo tiempo, advirtió que en muchas ocasiones se levantan falsos testimonios de diferentes maneras contra estas figuras. 

“Ay Dios, el mundo está perdido”, pronunció la mujer mientras limpiaba el balcón de su apartamento.

Recordó que hace varios años sus dos hijos hicieron la primera comunión en esa iglesia durante una ceremonia oficiada por el padre Chelo. 

“Me sorprende, pero no es el primero. Hay muchas cosas que están sucediendo en la iglesia”, reflexionó de su lado, Carmen M. Cosme, quien opinó que la Iglesia Católica debe ser más estricta en su atención a este tipo de casos.  

“Es muy querido, yo creo en su fe. Jamás pensaría una cosa así de él. Los diáconos pidieron oración por la situación del sacerdote que era muy delicada, pero nadie sabía lo que pasaba”, comentó otra de las parroquianas que no se quiso identificar. 

Padre Chelo fue arrestado el sábado al atardecer en la iglesia mientras celebraba una boda, luego de que el hermano de la víctima acudiera a la capilla para reclamarle, tan pronto se enteró de los supuestos actos impúdicos que le atribuyen y que ocurrieron el viernes pasado. 

Como parte de la investigación de la Policía, agentes estatales ocuparían las computadoras que utilizaba el párroco en la iglesia para indagar si las mismas contienen algún material de pornografía. 

 “La investigación está abierta”, declaró el director del Cuerpo de Investigación Criminal (CIC) de Bayamón, Rafael Rosa Córdova. 

Separado provisionalmente 

El arzobispo de San Juan, monseñor Roberto González Nieves, separó provisionalmente a Padre Chelo de su posición como sacerdote, trabajo que ha  ejercido durante 21 años. 

“Durante la mañana de hoy (ayer) he conversado con el Superior de la Orden Religiosa a la cual pertenece el sacerdote. Le indiqué que inmediatamente le quedan retiradas las facultades para ejercer su ministerio sacerdotal en la Arquidiócesis. Una vez finalizado el proceso civil y el canónico, y dependiendo de sus resultados, se tomará una acción definitiva al respecto”, expresó González Nieves en declaraciones escritas. 

Si el sacerdote resultara culpable en estos procesos, la medida cautelar de suspensión del ejercicio de su ministerio podría ser impuesta permanentemente. 

“Esta medida cautelar no es una pena ni una anticipación adjudicada de los hechos”, indicó González Nieves.    

“Hoy pido oración por todas las partes involucradas en este doloroso proceso. Animo a las partes a cooperar con las autoridades, de manera que la verdad salga a relucir y la justicia cumpla con sus legítimos propósitos”, aseveró el líder de la Iglesia Católica en la Isla. 

González Nieves indicó que se aplicó el Procedimiento de la Conferencia Episcopal para casos de alegada conducta impropia donde se alegue que un clérigo haya incurrido en un delito de abuso sexual contra menores, según legislado en las normas de delitos más graves modificadas por decisión del Romano Pontífice Benedicto XVI el 21 de mayo del 2010. 

“Se considera menor a quien no ha cumplido dieciocho años o al adulto con uso imperfecto de razón”, según se cita en la comunicación del religioso católico. 

 Explicó que, debido a que el sacerdote pertenece a una orden religiosa, en este caso a la Orden de la Santísima Trinidad, se actuó conforme al procedimiento establecido para estos casos.

“Cuando la denuncia se hace contra un clérigo o religioso (a) que pertenece a un Instituto de Vida Consagrada, Sociedad de Vida Apostólica o Prelatura Personal, el Obispo la referirá inmediatamente al Superior, a no ser que el denunciado se desempeñe en la pastoral diocesana. En todo caso se cumplirá con los requerimientos de la ley civil de dar parte a las autoridades”, explicó el arzobispo de San Juan.