El superintendente de la Policía, Héctor Pesquera, está convencido de que alguien tuvo que haber visto cómo fueron los hechos en que murieron asesinados el ex boxeador Héctor “Macho” Camacho y su amigo de infancia Adrián Alberto Mojica Moreno, en la PR-167, frente al negocio Azuquita, en Bayamón.

Así las cosas, hizo un llamado a esas personas que fueron testigos oculares de los hechos ocurridos el 20 de noviembre a que hablen para que se logre esclarecer el caso que le arrebató la vida al célebre deportista y a su amigo.

“Lo que pasa es que allí había algunas personas en los alrededores, sabemos que había gente y queremos que nos llamen y nos orienten. Peor gestión es la que no se hace”, dijo Pesquera en entrevista telefónica con Primera Hora.

De no aparecer testigos oculares, todo apunta a que la Uniformada dependerá de exámenes forenses de ADN y pólvora que se le practicarán a la guagua ocupada Jeep Commander gris en la que viajaban el día de los hechos Joshua Méndez Romero y Jesús Naranjo Adorno, quienes han sido señalados como personas de interés y quienes el martes en la noche enfrentaron cargos por tentativa de asesinato y ley de armas relacionados a un tiroteo en una discoteca en Santurce, el 19 de octubre.

Al filo de la madrugada del martes, los jóvenes fueron ingresados a la cárcel tras no poder prestar la fianza global de $1.6 millones.

“Es cierto que la prueba forense será esencial en el caso de que no aparezcan testigos oculares”, agregó Pesquera.

La doctora María Conte, directora del Instituto de Ciencias Forenses, dijo que los exámenes están en curso, pero no reveló detalles.

“Sabemos que en el Instituto están agilizando esas pruebas”, aseguró el jefe policiaco.

¿Ofrecería una recompensa por información valiosa?

No hay estructura de compensación, no habría mayor premio que la satisfacción de haber hecho lo correcto.

En Bayamón, entretanto, el jefe del Cuerpo de Investigaciones Criminales de dicha región, el capitán Rafael Rosa, mantuvo silencio.