Comienzan los reclamos legales.

El documento de ocho páginas, radicado durante el día de ayer, narra la experiencia de Adriana Donaldson, quien es psicóloga y residente de Santo Domingo, República Dominicana, cuando el barco comenzó a quemarse en la mañana del 17 de agosto.

Según reza la demanda, Donaldson abordó el Caribbean Fantasy el 16 de agosto para un viaje ida y vuelta a Puerto Rico desde República Dominicana y no alquiló una cabina, sino que se quedó en las áreas comunes del barco.

“Alrededor de las 7:00 a.m. la señora Donaldson escuchó la alarma a través del sistema de información de la nave alertando sobre un fuego a bordo del Caribbean Fantasy, que estaba fuera de control y advirtiéndole a los pasajeros que subieran a cubierta (…) allí encontró una escena caótica, donde las personas estaban histéricas, empujándose, gritando y algunos hasta saltaron a mar abierto. En este punto, se vio expuesta al fuerte humo generado por el fuego”, indica el documento.

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“En lo que le pareció una eternidad, fue una de las últimas pasajeras en ser instruida de bajar de la nave a través de un tobogán hasta un bote salvavidas, donde serían transportados a una segunda nave. Como resultado de la bajada, sufrió una herida en su rodilla derecha y hombro derecho, y quedó atascada en el tobogán”, sigue la demanda.

El documento narra otras penurias, como los mareos que sufrieron en la nave de emergencia y  las horas que tuvo que pasar a bordo, cubierta de vómito, hasta que fueron rescatados y fue llevada al dispensario Hoare, donde le diagnosticaron una rotura en los ligamentos de la rodilla afectada.

“El viaje de la señora Donaldson, que era una vacación, fue arruinado por el incidente del 17 de agosto, uniéndose al hecho de que pasó varios días sin ropa ya que su equipaje con sus efectos personales se mantuvo a bordo del Caribbean Fantasy”, agrega.

La mujer tiene “síntomas de estrés postraumático” además de “dificultad para respirar y dolor en todo su cuerpo” y “requerirá un tratamiento extenso en el futuro por los daños físicos y mentales causados por la catástrofe a bordo”.

El documento también detalla reclamos por “negligencia” por diversas averías que, según los abogados de la demandante, tenía el ferry y “que la empresa sabía que lo convertían en innavegable”.

La demanda se radicó en el Tribunal Federal porque “esta corte tiene jurisdicción diversa sobre la acción legal, debido a que la demandante es residente de República Dominicana, los demandados son ciudadanos de otro país fuera de República Dominicana y la cantidad en controversia excede la suma de $75,000, excluyendo intereses y gastos”.

 Además, según el documento, “uno o más de los demandantes vive en este distrito judicial y la nave salió del puerto de Santo Domingo, en República Dominicana, al puerto de San Juan, en Puerto Rico, y el accidente ocurrió justo en las afueras de la Bahía de San Juan”.

American Cruise Ferries, a través de su oficial de prensa, Lourdes Figaredo, no quiso comentar sobre la demanda.

Ya no es una emergencia

La Guardia Costera, por su parte, informó que el manejo del navío pasó de ser una situación de emergencia a un manejo de proyecto a largo plazo.

“Esta etapa consiste en seguir la investigación y disposición de materiales peligrosos y no peligrosos”, indicó la agencia en un comunicado de prensa. “También se determinará el daño y estabilidad de la nave, así como la remoción de la carga. El personal no esencial  está siendo sacado del área mientras se hace la transición”, detallaron.