Cárceles bilingües, con menú criollo y convivencia solo entre población boricua serían parte de las exigencias del Departamento de Corrección y Rehabilitación (DCR) para el traslado de los primeros 1,200 confinados a prisiones en los Estados Unidos. 

Se trata del programa conocido como Out of State, y que se espera que al cabo de tres años incluya a unos 3,200 de los 9,000 confinados del sistema.

El secretario del DCR, Erik Rolón, anunció ayer que presentó una solicitud de propuestas de licitadores para contratar un operador de prisiones en EE.UU. que reciba el primer grupo de confinados -en su mayoría de custodia mínima-, que serán enviados a extinguir sus sentencias fuera de Puerto Rico. 

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Esta es una de las medidas fiscales que presentó la agencia con el fin de reducir los costos de operación en las instituciones correccionales de Puerto Rico a través del cierre de varios complejos y la consolidación de sus prisiones. 

Rolón indicó que se espera que durante el primer año fiscal el ahorro sea de $10 a $13 millones si el pago al operador no supera los $70 diarios por confinado.

 “A través de que el proceso sea así buscamos que haya mayor transparencia y mayor competencia y, de esa manera, el precio que se da es el mejor", añadió.

El DCR exigirá que los reclusos estén en iguales condiciones de confinamiento que en la Isla, donde se pueda garantizar la higiene, los alimentos que recibirán -los cuales anticipó deben prepararse con comida criolla-, los servicios médicos, los cursos de rehabilitación que pueden incluir educación vocacional en oficios como plomería, carpintería, electricidad y manejo de vehículos pesados, terminar su cuarto año de escuela superior y también que se creen oportunidades de trabajo.

Este es un programa voluntario de confinados adultos y varones a instituciones correccionales en EE.UU., primordialmente para aquellos que les falta por cumplir cinco años o menos de la etapa final de su sentencia, pero no se limita a ello. 

Otro elemento que se le exigirá al operador es que los reclusos boricuas no interaccionen con otras poblaciones de confinados, dijo  Rolón.