Francisco Rodríguez-Burns

Cristiano devoto, amigo incondicional, sincero, amable y no culpable de delito alguno. Así describe Lornna Soto a su antiguo correligionario Héctor Martínez.

El ex senador y el empresario Juan Bravo, ex presidente de la compañía de seguridad Ranger American, fueron sentenciados el pasado marzo a cuatro años de cárcel y tres años de libertad supervisada con relación a un viaje que el segundo le pagó al primero para ver una pelea estelar de boxeo en Las Vegas.

Pero tan reciente como la semana pasada, el juez que vio el caso, Francisco Besosa, ordenó la excarcelación de los dos convictos a base de un fallo del Circuito de Apelaciones de Boston que levantó interrogantes sobre aparentes omisiones del togado durante sus instrucciones al jurado y polémicas declaraciones de la Fiscalía Federal.

La ex senadora Soto, quien en tres ocasiones visitó a Martínez en su cárcel en Carolina del Norte, ha mantenido una comunicación prácticamente diaria con el ex funcionario desde su excarcelación. De hecho, compartiría ayer con Martínez el Día de Reyes.

“Nos vamos a reunir en familia como en todos los días de Reyes”, indicó Soto. “Él (Héctor) siempre ha mantenido su sentido de humor. No ha sido fácil todo este proceso, más cuando sabe que es una persona inocente. Es el proceso más fuerte que puede pasar cualquier ser humano. (Pero) él entendía que sus planteamientos iban a ser escuchados”, indicó Soto.

La excarcelación de los convictos está sujeta a su proceso de apelación que, según aseguró el alto foro en su orden, con toda probabilidad podría terminar en un nuevo juicio.

Ayer Martínez, padrino de la última boda de Soto, acudió a una iglesia antes de reunirse con otros familiares y amistades.