Río Grande. Algunos son voluntarios, otros son empleados municipales. Todos han dejado su familia y otros seres queridos para ayudar en las labores de recuperación del País, tras el embate del huracán María.

Zulma Orellano Quiñones junto a otras tres mujeres prepararon hoy 42 libras de arroz con habichuelas, ensalada de repollo y ensalada de atún con maíz y habichuelas tiernas para la brigadas que laboran en las tareas de rescate y de recogido de escombros, así como, los empleados que asisten a los damnificados en el municipio de Río Grande.

Orellano Quiñones labora en una improvisada cocina en el primer piso de la Casa Alcaldía, un edificio que también fue abatida por los fuertes vientos de María. Pero la mujer, sacrificó el tiempo de estar con su familia desde que el huracán Irma, afectó primero a Puerto Rico.  

“Yo estoy aquí desde el 3 de septiembre y dejé a mi familia para venir a trabajar y apoyar a mi pueblo, a mi alcalde Ángel “Bori” González y a todos los seres humanos que lo necesiten”, sostuvo Orellano Quiñones.

El martes, pasó el huracán María en su casa, pero dijo que el miércoles a mediodía ya estaba en la Alcaldía. “Vine a hacerle una comida a los muchachos que estaban trabajando en las calles”, dijo.

Orellano Quiñones sostuvo que el ambiente en las labores de emergencia es de solidaridad. “Todo el mundo está colaborando con el Municipio. Hay muchos empleados en la calle ayudando a los barrios, campos, a las familias para ver si necesitan refugio, alimentos”, expresó la mujer, que es empleada administrativa del Municipio de Río Grande hace 22 años.

Dijo que fue reclutada con “tres compañeras”, Letty, Sorimel y Jinette para encargarse de la cocina. Preparan desayuno, almuerzo y comida para unos 200 empleados y otros que lleguen con hambre. “Cada día vienen más empleados y voluntarios a trabajar. Aquí estamos disponibles para ayudar al que sea con estas manos que Dios nos dio para hacer buenos alimentos”, indicó.

Joani Romero Díaz (Tita), esposa del Alcalde ríograndeño se ocupa de que todo esté en orden en la cocina, atiende a los damnificados, limpia los baños y asiste al Alcalde en las tareas de recuperación. Durante la emergencia, la Alcaldía se ha convertido en la residencia de la familia. Allí pernocta la primera dama municipal junto a su esposo, sus tres hijos, una nieta, una hermana, así como el personal que atiende Oficina de Manejo de Emergencias

“He estado mano a mano con mi esposo, estamos trabajando con los refugiados, con las personas que perdieron todo. Estamos durmiendo en el Municipio. No hemos podido ir a la casa porque el pueblo nos necesita”, sostuvo Romero Díaz.

Hoy ayudaba al personal municipal en el estadio Ovidio de Jesús, que no daba abasto para atender a los damnificados que sometían la reclamación de los daños que les ocasionó el ciclón.

Nancy Hernández Beltrán se presentó el jueves en la mañana a la Alcaldía para laborar como voluntaria. "Aquí estoy para ayudar", dijo la naranjiteña, quien reside hace unos años en Río Grande.