Eliminar el uso de plomo en las municiones utilizadas en las prácticas y adiestramientos en los seis polígonos de tiro de la Policía no será una realidad, al menos a corto plazo, ya que por razones económicas la agencia no podría hacer el tipo de inversión necesaria para hacer la modificación. 

Con esta medida, la agencia acabaría con el problema de exposición de plomo hacia los instructores de tiro. 

También minimizaría  la contaminación del  ambiente a través de los suelos y las aguas de estos campos de tiro, ya que  los componentes de las balas requieren de cientos de años para biodegradarse. 

La intoxicación por plomo puede causar serios problemas de salud, incluyendo daños cerebrales. 

La superintendente de la Policía, Michelle Hernández, reveló durante un recorrido con Primera Hora por el Polígono de Tiro de Isla de Cabras, que ordenó un estudio para determinar si la inversión en este tipo de munición equipara con el dinero que cuesta también proveer  a los instructores de un equipo protector.

“Estamos haciendo un estudio para hacer una comparativa del costo, o sea las balas sin plomo son más caras, pero cuando tú te pones a ver todas las cosas que hay que comprar, pues, hacer una comparativa para poder probar que las balas sin plomo no valen la pena, porque no tienes que hacer la inversión de guantes, máscaras...”, respondió la funcionaria. 

De su lado, el inspector Ángel Martínez, decano de Adiestramiento en Uso y Manejo de Armas de Fuego, sostuvo que la diferencia del costo de una bala  que contiene plomo es de 25 centavos, mientras que las que no son nocivas cuestan  45 centavos.

La Policía atiende un promedio de 650 oficiales semanales en los seis polígonos de tiro que tienen operando, para  cumplir con el itinerario de  adiestramientos, incluyendo las agencias federales y otras dependencias .  

“Esas balas son frangibles, quiere decir que cuando impacta se  desintegra y son hechas de materiales que no tienen que ver con plomo, ni contaminantes... De calibre .40 son más de 2.5 millones de municiones que compramos al año”, detalló el inspector. 

Esta evaluación surge luego de que el 28 de octubre del 2015, la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA, por sus siglas en inglés) inició y completó una investigación en los polígonos de tiro de la Policía de la Academia en Gurabo, de Isla de Cabras en Toa Baja y de Mayagüez, luego de que varios instructores de tiro se querellaran de que habían estado sobreexpuestos   al plomo. 

La información fue confirmada por el secretario auxiliar  de OSHA en Puerto Rico,  y el director del Negociado de Inspecciones en la Policía, Luis Pardo Rosado. 

Esta información contrasta con la ofrecida por el inspector Martínez, quien aseveró que fue por su iniciativa que se les hicieron las pruebas a los instructores de tiro. 

Al presente, cuatro de los perjudicados regresaron a trabajar tras ser dados de alta del Fondo del Seguro del Estado  y otros dos están en espera de otras pruebas médicas, que supuestamente no están vinculadas con la contaminación por plomo. 

“Entre los hallazgos encontramos que había una sobreexposición a los niveles de plomo a las personas, se hizo monitoreo a las personas y en las superficies, porque el patrono no se aseguró de hacer muestreo inicial para determinar exposición de empleados a plomo mientras hacían labores de instructor de tiro”, detalló Pardo Rosado, quien reveló que la Policía para verano del 2016 cumplió con los señalamientos y se libró del pago de una multa de $11,000.  

Desde el año 2009,  la Policía se encuentra bajo una Orden Administrativa de la Agencia de Protección Ambiental Federal (EPA, por sus siglas en inglés) con relación al manejo y disposición de material de pirotecnia. 

Desde junio de 2016, se sumergen en envases de 55 galones estos materiales incautados por cuatro horas y luego un especialista de la Junta de Calidad Ambiental  hace un muestreo; en caso de no haber presencia de metales se disponen como basura regular en un vertedero.