Como parte del proceso de rehabilitación y para insertarse en el desarrollo económico de Puerto Rico, unos 28 confinados se han certificado como artesanos en el primer trimestre del año al participar del Programa de Desarrollo Artesanal adscrito a la Compañía de Fomento Industrial (CFI). Esto representa un aumento en comparación con el año 2017, según anunció el director ejecutivo de la CFI, el Ing. Manuel A. Laboy Rivera.

“Estos datos son muy positivos, pues vemos que hay interés por parte de la población penal de rehabilitarse y ser parte del desarrollo económico de Puerto Rico. Nuestro Programa de Desarrollo Artesanal está disponible para todo el público general y ver que en los primeros tres meses casi se duplique la cantidad de confinados certificados como artesanos es una excelente noticia que abre las puertas a continuar llegando a otros reclusos permitiéndoles que cuando salgan a la libre comunidad pueden crear su propia microempresa y acogerse a los beneficios que, por la Ley del Programa de Desarrollo Artesanal, recibe todo artesano bona fide. Sabemos que el gobernador, Ricardo Rosselló Nevares tiene un compromiso con esta población y nosotros continuaremos apoyándolos con los recursos disponibles en nuestra agencia”, manifestó en comunicado de prensa el también secretario del Departamento de Desarrollo Económico y Comercio.

Una vez el confinado este en la libre comunidad, al ser certificado como artesano puede recibir beneficios del Programa de Auspicios que facilita la participación de los artesanos en innumerables ferias, talleres y viajes al exterior, directamente relacionados con la promoción y venta de artesanías. Así como del Programa de Incentivos que ayuda en la adquisición de maquinaria, herramientas, materia prima o cualquier otra necesidad relacionada con la labor artesanal del artesano.

Los confinados que realizan sus obras en talleres disponibles en los diversos centros penales, venden sus productos en ferias a las que asisten con el consentimiento del Departamento de Corrección y Rehabilitación. El dinero que generan de las ventas de artesanías es depositado en las cuentas de los confinados y ellos pueden adquirir artículos de comisaría. Además, pueden solicitar emitir un cheque a nombre de sus familiares cercanos y ayudan en los gastos que estos puedan tener.

Por su parte, el secretario del Departamento de Corrección y Rehabilitación, Erick Rolón Suárez, indico que “esta certificación es importante porque los coloca en una posición de igualdad frente a cualquier otro artesano; demostrando así que no por ser individuos en confinamiento son personas sin virtudes ni destrezas. Por el contrario, es nuestra obligación desarrollar sus talentos al máximo para lograr así una reinserción completa en la libre comunidad. En este caso, al sector de las artes”.

Históricamente el trabajo artesanal se ha realizado en las instituciones carcelarias. En el año 1999 comenzó una gestión de orientación y apoyo a través de Salud Correccional en la cárcel de Guayama a un grupo de confinados adscritos a dicho programa que trabajaban algunos renglones artesanales como medio terapéutico. Esto dio inicio a una colaboración entre el Departamento de Corrección y Rehabilitación y la CFI con certificaciones, exposiciones, invitaciones a eventos feriales y coordinación de talleres. El éxito de esta gestión lleva al Departamento de Corrección a nombrar Promotores Artesanales internos que le han dado continuidad a la gestión y la relación entre agencias.